La pelea estuvo concentrada entre Milei, Massa y Bullrich. ¿Puede haber impacto en la intención de voto?
Si el resultado se analiza por la capacidad para transmitir propuestas, la medalla podría ser para Myriam Bregman o Sergio Massa. Si se evalúa el oportunismo para meter golpes de efecto, ahí mostró destreza Patricia Bullrich. Si el análisis se concentra en la chance de captar votos nuevos, Juan Schiaretti habló para un público que le quedó grande en las PASO. Si la puja se trata, en cambio, de consolidar apoyos, Javier Milei difícilmente los pierda por su exposición en Santiago del Estero. Así de dividido quedó, quizá, el balance por ver quién ganó el debate presidencial 2023.
Se consultaron cuatro analistas de reconocidas consultoras que vieron en vivo los cruces entre los candidatos en este primer round televisivo de cara a la elección del 22 de octubre. Y hubo una conclusión coincidente: difícilmente el debate -al menos este inicial- tenga un impacto profundo en la intención de voto de los argentinos.
Hasta el momento, todas esas encuestas dan primero a Milei y la mayoría ubica segundo a Massa, aunque con brechas que se estarían achicando respecto a Bullrich. Final abierto e incierto.
El bloque de arranque, porque contenía la presentación de los postulantes y el tópico sobre la economía, era claramente el que captaba la mayor atención. Eso también explicaría por qué tanto Massa como Milei gastaron sus cinco oportunidades de derecho a réplica allí. La inflación es la principal preocupación de los argentinos y fue una de las palabras más escuchadas durante toda la jornada.
Todos contra Massa
En ese tramo económico, sin dudas, el ministro/candidato oficialista era quien más tenía para perder. Sus cuatro rivales hicieron hincapié en los pésimos números que cosecha en el área que maneja hace más de un año. Pero no lo acorralaron nunca. Tampoco con la corrupción e impunidad que dejó el “Insaurralde gate”. A su modo, Massa zafó.
De todo modos, no quedó tampoco claro cuánto aprovechó Milei este punto, el que se suponía su fuerte. El economista libertario defendió la dolarización que denostaron sus contrincantes, pero sin avanzar demasiado cómo lo haría. Más explícita fue Bregman aquí en marcar las contradicciones de Massa en relación al FMI.
Bullrich se aferró a la idea del equipo que encabeza Carlos Melconian, pero se la vio dubitativa en su alocución (varias veces). Junto con Milei, fueron los que más se apoyaron en los papeles que tenían anotados.
Mejoró la candidata de Juntos cuando tuvo que referirse al tema que mejor maneja, desde lo discursivo y por experiencia de gestión: la inseguridad. Acaso esta sea una de las conclusiones: cada uno le habló a su nicho.
¿Pelea de dos o de tres?
De entrada quedó explícita la elección mutua qué hicieron Massa y Milei para un eventual balotaje. Le costó en algunos momentos a Bullrich colarse en ese mano a mano. Se vio, en ese intento, un cambio ostensible: cuestionó al candidato libertario en primera persona como no lo había hecho hasta ahora.
«Andá a la Puna con tus vouchers», le dijo Bullrich a Milei sobre la propuesta educativa de La Libertad Avanza, en el mejor resumen de esta nueva estrategia. «Gatito mimoso del poder económico», le había dedicado más temprano Bregman a Milei, en otro ataque punzante.
Antes del primer debate, algunos sondeos alertaban que hasta más de un 40% de los electores podría rever su voto para el 22 de octubre. Y la gente mostró interés en consecuencia: la transmisión en vivo tuvo picos de 40 y pico de puntos de rating entre el cable y la televisión abierta. ¿Cuántos cambiarán realmente su decisión?