La diputada provincial celebró el proyecto de Ley impulsado por el ministerio de Transporte, que obtuvo dictamen favorable en la comisión de Infraestructura, Vivienda y Transporte. Ahora, la normativa que, a nivel nacional busca llevar a cero la tolerancia de alcohol en sangre permitida para conducir, será tratada en la Cámara de Senadores para convertirse en ley.
Con 133 diputados sentados en sus bancas, la presidenta de la Cámara baja, Cecilia Moreau, declaró habilitada la sesión que fue consensuada por el oficialismo y la oposición. En tal sentido, el proyecto impulsado por la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), organismo dependiente del Ministerio de Transporte, propone modificar la Ley de Tránsito 24.449 de manera tal de prohibir la conducción de vehículos a personas con graduación de alcohol en sangre superior a cero, una obligación que por ahora solamente aplica a conductores profesionales.
Tras el debate en torno al proyecto de ley, la diputada provincial por el Frente de Todos, Valeria Arata manifestó: “Este es un paso histórico el que se está dando y tiene como fin cuidar la vida de todas las personas. El transporte es conectividad y también es seguridad vial para prevenir y mejorar la calidad de vida de las y los bonaerenses. Ojalá que pronto pueda ser tratado en el Senado y que finalmente Argentina tenga una normativa que nos permita reducir las muertes en siniestros de tránsito”.
La norma vigente autoriza hasta 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre para conductores de automóviles y 0,2 gramos en el caso de motociclistas.
La medida apunta a reducir la siniestralidad vial provocada por conductores alcoholizados. Los siniestros viales en el país son la primera causa de muerte en personas menores de 35 años, donde el alcohol está presente en 1 de cada 4 siniestros viales. Cabe destacar que en las jurisdicciones que cuentan con una normativa de alcohol cero al volante los resultados son positivos.
La ANSV presentó en abril de 2021 este proyecto de ley como una política de Estado de seguridad vial más para reducir las muertes y lesiones que se producen en la vía pública. Conducir bajo los efectos del alcohol aumenta hasta 3 veces las posibilidades de provocar un siniestro vial porque genera consecuencias negativas en los reflejos, en la percepción del riesgo y genera una falsa sensación de seguridad que puede fomentar el exceso de velocidad o el no uso de elementos de protección como el cinturón de seguridad o el casco.