Buenos Aires y Santa Fe, otra vez en discordia por el manejo de La Picasa

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La derivación de agua de la laguna La Picasa reabrió un conflicto interjuridiccional en los últimos días, luego de que el Gobierno de Santa Fe decidiera avanzar de manera unilateral con la apertura de un canal de escurrimiento que podría afectar a distritos bonaerenses.

La obra en cuestión fue informada y puesta en funcionamiento por la provincia vecina hace algunas semanas, y generó rápidamente una fuerte inquietud en el gobierno de María Eugenia Vidal. En este marco, Recursos Hídricos de Nación decidió llamar a una reunión de comité de cuenca que se realizará el próximo 30 de abril.

El subsecretario de Hidráulica bonaerense, Luis Giménez, le señaló a DIB que en ese encuentro esperan que Santa Fe «explique los alcances de la obra» y que se plantee un «análisis del impacto» que tendrá en distritos de la provincia.

«Si los elementos técnicos nos satisfacen y entendemos que no hay riesgo, vamos a colaborar», dijo el funcionario bonaerense, mientras que confió en que Santa Fe dejará el canal sin efecto «si descubre que la decisión nos va a perjudicar». En este sentido, confió en que «va a haber un ámbito de entendimiento».

El «by pass» derivador conecta a La Picasa con el canal Alternativa Norte. Luego, el agua va llenando una serie de lagunas hasta llegar a la llamada «El Chañar» (todos estos espejos aún en Santa Fe), para finalmente conectar con la Cuenca del río Salado.

Giménez cuestionó el desagüe en lagunas al entender que «eso tiene lógica en época estival», ya que permite la evaporación del agua, y consideró que este periodo del año «no tendría un efecto deseado». Asimismo, el funcionario consideró que «el problema que genera una obra de este tipo es que no tiene los sistemas de monitoreo». «Si vos no medís, no podés controlar», agregó.

Entre los distritos que podrían verse afectados, están Bragado, Junín, General Arenales, 25 de Mayo, Navarro, Alberdi y Leandro N. Alem. El titular del Consejo Asesor del Salado, Alberto Larrañaga, también se mostró preocupado por la situación y apuntó contra los canales clandestinos que alimentan a la laguna.

Conflicto histórico

El manejo de agua de La Picasa, laguna que comparten Santa Fe y Buenos Aires, ha desencadenado conflictos históricamente. Los especialistas consideran que el espejo de agua creció 35 veces desde 1985 hasta la actualidad y pasó de tener 1.400 hectáreas hace 32 años a una enorme masa de agua que hoy abarca un territorio equivalente a 50 mil hectáreas, aunque su influencia se extiende aún más.

El fuerte crecimiento de La Picasa, en donde también vierte excedentes hídricos Córdoba, generó inundaciones periódicas desde fines de la década del 90 y hasta modificó el ecosistema de la región. En 2017, los productores de la zona hablaban de la pérdida de 70.000 hectáreas productivas.

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