Instalan filtros potabilizadores de agua en escuelas bonaerenses

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Escuelas bonaerenses comenzaron a instalar filtros potabilizadores de agua a partir de un convenio firmado entre el Conicet y siete municipios de la provincia.

Se trata de filtros de arena lento (FDAL), un método sencillo, seguro y económico de potabilización de agua desarrollado y aplicado en escuelas con problemas de contaminación biológica en el agua.

El impulsor de la iniciativa es Pablo Arnal, investigador del Conicet en el Centro de Tecnología de Recursos Minerales y Cerámica, quien junto a su equipo presentó hace tres años un proyecto para desarrollar y aplicar el filtro en escuelas con problemas de contaminación biológica en el agua.

Junto a su equipo, Arnal realiza un relevamiento y diagnóstico de los establecimientos que requieren el filtro, luego analizan la calidad del agua para evaluar si el FDAL sería la solución; y, por último, construyen y prueban el equipo donde se registren niveles altos de agentes infecciosos.

Los distritos que ya forman parte del proyecto son Magdalena, Trenque Lauquen, Bragado, General Belgrano, La Plata, General Lamadrid y 9 de Julio.

En 9 de Julio se armó un FDAL en la Escuela de Educación Secundaria Técnica N°1 «Otto Krause» y en la Escuela Primaria N°10 de Dennehy. De la colocación, que se realiza en 24 horas, participan científicos junto a directivos, docentes y alumnos.

Arnal adelantó que en las próximas semanas será el turno de instalar los FDAL en General Lamadrid, Bragado, General Belgrano y Trenque Lauquen y explicó que esas ciudades «comparten una realidad: la mitad de las escuelas desconectadas de la red pública tiene un problema serio de contaminación microbiológica del agua».

«En general también se encuentran muy alejadas de la cabecera de distrito, con calles de tierra y accesos complicados que han dificultado el trabajo previo necesario a la colocación del filtro, desde el análisis de la calidad del recurso hasta la construcción de una base para colocarlo», agregó.

En el caso de 9 de Julio, el Consejo Escolar compró los insumos por un valor de entre 15 y 20 mil pesos, un gasto que se amortizará rápidamente teniendo en cuenta que actualmente el municipio destina medio millón de pesos al año en la compra de bidones de agua para abastecer a los colegios que están desconectados de la red pública.

Cabe destacar que los análisis microbiológicos del agua que se obtenga estarán a cargo de la Escuela Técnica N°2 «Mercedes Vázquez de Labbé» junto con el Instituto Superior Experimental en Tecnología Alimentaria (ISETA, DGCyE).

Lo que sigue ahora es el seguimiento y monitoreo del agua que se filtra para saber exactamente cómo funciona el equipo en cada estación de año frente a los cambios de temperatura, humedad y el ambiente en general. «El movimiento que genera en las comunidades locales es el valor agregado de este proyecto, porque las obliga a familiarizarse con procesos que de otra manera no conocerían. Pero el aprendizaje es para todos; nosotros también entendemos muchas cuestiones de la realidad de estos lugares aislados y nos complementamos permanentemente para buscar soluciones», concluyó Arnal.

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