Panaderos de distintos distritos bonaerenses manifestaron su preocupación por la crisis del sector, que atribuyeron al precio de la harina, a los aumentos de los servicios y a la caída en las ventas.
Según un reciente relevamiento de la ONG Defendamos Buenos Aires, unas 200 panaderías cerraron en el conurbano bonaerense en lo que va de 2019, número que se amplía a 400 si se tienen en cuenta los comercios ubicados en la Ciudad de Buenos Aires.
En tanto, en el interior bonaerense la situación también es preocupante. Daniel Ottino, presidente del Centro de Industriales Panaderos de Olavarría (CIPO) señaló que la bolsa de harina cuesta $ 1.000, y que en comparación con otros productos «el pan es lo más barato que hay».
«El pan tendría que valer más pero ya estamos al límite y así es complicado», dijo en declaraciones al diario local El Popular. Y agregó que como consecuencia de ese cuello de botella, «en Olavarría ya cerró otra panadería que no tenía mostrador, tenía reventa mayorista».
Cabe señalar que los industriales panaderos olavarrienses se reunirán el viernes próximo para evaluar la situación. En ese sentido, Ottino remarcó que «el último aumento fue más por los servicios que por la harina». Y añadió: «La harina igual aumentó porque de a poco va subiendo pero los servicios se fueron por las nubes».
En Pergamino también expresaron su preocupación: «Nos encontramos con que hay molinos que no están entregando harina y otros tienen precios de referencia en el orden de los $ 800 y arriba de los $ 1.000 las harinas especiales», indicaron al diario local La Opinión, aunque remarcaron que la suba de los servicios como luz y gas fue lo que más impactó en la crisis del sector.
Cabe señalar que a través de un informe, la Federación de la Industria Molinera Argentina negó que el aumento del pan tenga origen en el precio de la harina, ya que según afirmaron, la materia prima «mantuvo su valor durante los últimos seis meses y ronda los 800 pesos por bolsa», expresaron desde esta entidad a medios nacionales.
En tanto, panaderos de La Matanza señalaron que la crisis del sector tiene también otro eje: el mercado negro. Y en ese sentido reclamaron que el Municipio se adhiera a la ley 13.006, que reglamenta la producción, distribución y venta del producto, como así también la habilitación y el funcionamiento de las panaderías en el territorio bonaerense.
«Queremos que el pan llegue a todas las mesas, pero necesitamos que el Municipio acompañe la ley», propusieron los panaderos del partido.
En efecto, la Ley 13.006 trata las irregularidades del rubro y las inconsistencias en la manera de vender el producto. Además, está enfocada en la regularización de la habilitación y el funcionamiento de las panaderías en el territorio bonaerense.