En el comienzo fuimos todos y todas Gays. Así nos reconocían, y así nos hacíamos llamar. De ahí salió nuestro Orgullo.
Pero en ese comienzo, también, fueron Travestis las que tuvieron los huevos necesarios para salir a decir ¡Basta! Con plumas, colores, arco iris; lo necesario para romper con las estructuras que nos iban empujando cada vez más al margen.
Fuimos chivos expiatorios de una sociedad que sentía temor a evolucionar.
Fuimos invertidos, locos, trastornados, pervertidos. Chivos expiatorios de una sociedad que sentía (y siente) temor a evolucionar.
Hace 50 años ya.
Hoy tenemos letras que nos identifican a cada uno según su Orientación Sexual, su Identidad y/o su Expresión de Género. El Orgullo Gay es LGBTI+, porque les aseguro que habrá más letras por venir y más historias que contar.
Les aseguro que habrá más letras por venir y más historias que contar.
Y hoy, también, muchos repudian este movimiento identitario, lo llaman Ideología de Género, creyendo que nuestro objetivo es convertir a la humanidad en “otros como nosotros”.
50 años de letras y palabras que nos permiten hacernos ver y poder pertenecer, porque el principal derecho que nos sacaron es el de Ser lo que somos, sentir lo que sentimos, amar lo que amamos.
Pero hay una palabra que debe mantenerse por encima de todo, la Dignidad. Esa misma que hicieron valer, cuando todo comenzó, un grupo de personas valientes que decidieron dejar de ser perseguidos. La misma que hoy seguimos luchando por mantener y hacer respetar.
Necesitamos sacar a la luz todo aquello que nos hicieron esconder.
Por eso vuelven cada año las plumas, los colores, la purpurina, Gloria Trevi y la Gaynor, para seguir diciendo que acá estamos; orgullosos de demostrar que las cosas no son como eran cuando se encerraban en un clóset las diversidades, porque déjenme decirles, y espero no ofenderlos, que putos y travas hubo desde antes que naciera el orgullo. Necesitamos sacar a la luz todo aquello que nos hicieron esconder, y poder resarcir a todos y todas las que tuvieron que vivir encerrados, silenciados y, más aún, a aquellos y aquellas que dejaron su vida antes de poder vivirla realmente como los seres que eran.
En fin, no me importan las letras y las palabras más que para poder decir que no se es diferente por ir en contra de lo establecido, sino por ser honestos con quien se es. Y de eso debemos estar orgullosos.
Julián Trippano
Comunidad LGBT+ Chacabuco