El TOC es una enfermedad que se encuadra dentro de los trastornos de ansiedad. Se caracteriza por distintos síntomas que se expanden en diferentes áreas de la vida del paciente. Una especialista explicó una serie de puntos para discernir la patología
Para quienes estudian los desórdenes de la mente, los ritos y pensamientos pueden interferir en la vida diaria de quienes los padecen y muchas veces perjudican las relaciones sociales, el estudio y el trabajo.
En ese universo se puede inscribir el mundo de un paciente con Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC). Un individuo que está expuesto para su entorno como una incógnita difícil de discernir. «Quienes padecen este problema tienen, en general, un comportamiento prácticamente normal ante los demás. Las manías, ansiedades y rituales suelen ser solo apreciables por su círculo más íntimo. Esta necesidad de no mostrar el padecimiento, en muchas ocasiones los aísla socialmente», explicó la médica neuróloga Gabriela Ferretti (MN 81.108).
El TOC es una enfermedad que se encuadra dentro de los trastornos de ansiedad. Los pacientes manifiestan obsesiones y compulsiones, que son reconocidas por el propio individuo como de naturaleza «excesivas e irracionales», pero ante las que no puede oponerse. Estas se presentan como un malestar que interfiere en su rutina diaria. Sin embargo, «la mayoría desconoce que se trata de una enfermedad y, como tal, necesita ser tratada», adujo la experta, que detalló una serie de puntos claves para reconocer la patología.
1. Las obsesiones
En principio, se debe diferenciar entre las obsesiones y las compulsiones. Con respecto a las primeras, la doctora manifestó que son pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y persistentes que se experimentan como intrusos e inapropiados, y causan estrés, ansiedad o malestar significativos. Estos pensamientos, impulsos o imágenes no se reducen a simples preocupaciones excesivas sobre problemas de la vida real.
«La persona intenta ignorar o suprimir estos pensamientos, impulsos o imágenes, o bien intenta neutralizarlos mediante otros pensamientos o actos (compulsiones). Quien los padece reconoce que estos pensamientos, impulsos o imágenes obsesivos son el producto de su mente», acotó.
2. Las compulsiones
Estas consisten en comportamientos (lavado de manos, puesta en orden de objetos, comprobaciones) o actos mentales (rezar, contar o repetir palabras en silencio) de carácter repetitivo, que el individuo se ve obligado a realizar en respuesta a una obsesión o con arreglo a ciertas reglas que debe seguir estrictamente.
«El objetivo de estos comportamientos u operaciones mentales es la prevención o reducción del malestar, o bien la prevención de algún acontecimiento o situación negativos. Sin embargo, estas operaciones mentales no están conectadas de forma realista con aquello que pretenden neutralizar o prevenir», comentó Ferretti.
3. ¿Cuáles son las obsesiones y compulsiones más comunes?
En concreto, la especialista detalló que las obsesiones más comunes son el miedo a la suciedad, los gérmenes o a lastimarse. También el temor a actuar con impulsos agresivos o violentos o bien tener una exagerada preocupación por el orden y la simetría de las cosas.
Por el lado de las compulsiones, enumeró las siguientes: lavarse las manos de manera exagerada, contar, revisar una y otra vez las cosas (controlar si están cerradas cerraduras, llaves de gas o de luz) o limpiar.
4. ¿Quiénes pueden padecer la enfermedad?
La doctora enfatizó que no existe una edad determinada para la aparición de un TOC. La frecuencia es equivalente tanto en niños como en adultos, con una tasa de prevalencia a lo largo de la vida de 2% al 4%.
«Algunos estudios consideran que el inicio se da por lo general durante la niñez o adolescencia. El 50% desarrollan el TOC antes de los 15 años y el 65% antes de los 25 años», especificó.
5. Los padecimientos de una persona con TOC
La experta apuntó que convivir con un TOC puede resultar un verdadero calvario. Miedos e inseguridades, ansiedad y sufrimiento son constantes en la vida del paciente. «La gran mayoría de las personas que conviven con este trastorno de ansiedad no saben qué es lo que tienen, por qué lo tienen o si tiene tratamiento», dijo.
6. El tratamiento
Como toda enfermedad neuropsiquiátrica puede ser tratada con medicamentos y psicoterapia, subrayó Ferretti. «El tratamiento farmacológico por sí solo no resultará efectivo», amplió y destacó que la terapia cognitiva-conductual (TCC) es una estrategia de primera línea en el tratamiento de los trastornos de ansiedad en general y tiene por meta alcanzar la funcionalidad de la persona.
7. ¿Puede una persona curarse sola?
«No, ya que por lo general quien padece TOC muchas veces desconoce que tiene una enfermedad o bien suele tener vergüenza de su situación. Por lo tanto, el tratamiento debe comenzar en el entorno. Como en cualquier problema de salud, es imprescindible la comprensión y el apoyo de quienes rodean al afectado», concluyó Ferretti de manera contundente.