Cuesta superar una relación amorosa, y muchas veces la tristeza se confunde con ganas de volver. Antes de tomar cualquier decisión, leé esta nota.
1. ¿Por qué querés reconciliar esta relación?
Pueden existir tantas razones como seres humanos sobre la Tierra. Pero te tenés que asegurar de no hacerlo por miedo a la soledad, por baja autoestima, inseguridades, celos, o falta de confianza en vos mismo/a. Todas las relaciones terminan por alguna razón, no cometas dos veces el mismo error, al menos que realmente valga la pena.
2. ¿Podés encontrar la felicidad con otra persona?
Puede que sientas que nunca más vas a tener una relación como ésta. Y es verdad. Todas las relaciones son distintas, y eso no quiere decir que van a ser mejores o peores que la que tenías con tu ex. Lo que tenés que pensar con claridad es si de verdad querés volver a ese tipo de relación, o si estás dispuesto/a a descubrir nuevas personas.
3. ¿Qué opinan tus amigos y familiares?
Hay situaciones en las que cuesta ver cómo son verdaderamente las cosas, por ejemplo, las rupturas amorosas. Siempre es bueno pedir el consejo desinteresado de un ser querido. Tus amigos y familiares te quieren ver bien, así que seguramente te dirán con sinceridad qué es lo mejor para vos (aunque no sea lo que vos querés escuchar).
4. ¿Qué buscás y necesitás en una relación?
Probablemente nunca te lo hayas preguntado, pero es muy importante que tengas en claro cuáles son tus expectativas en el amor. Algunas personas sólo buscan compañía, otras estabilidad sentimental, y otras proyección a largo plazo. ¿Cuál es tu caso? Pensalo, y fijate qué tan cerca o lejos estás de lograrlo con tu ex.
5. ¿Estás enamorado/a de tu pareja tal como es?
Por si no te habías dado cuenta: nadie es perfecto. Estar en pareja está mucho más allá de la perfección, se trata de amar al otro con sus individualidades. Por eso, no creas que al volver con tu ex todas esas cosas que te molestaban van a cambiar. Si él/ella era así, lo más probable es que lo siga siendo. Si no podés acptarlo/a como es, mejor buscá otra persona.
6. ¿Qué estás dispuesto/a a hacer para que las cosas funcionen esta vez?
Uno de los errores más comunes es creer que la culpa es siempre del otro. Es hora de que reflexiones qué papel jugás en la pareja y que pienses qué podés hacer para llevar adelante la relación. Sé autocrítico/a, aunque no te guste.
7. ¿Por qué esta vez va a ser diferente?
Antes de tomar ninguna decisión, lo más sincero es que te encuentres cara a cara con tu ex y que ambos traten de responder esta pregunta. Si vuelven y las cosas siguen siendo exactamente igual que antes, una nueva ruptura será inminente.
8. ¿Pasó el suficiente tiempo como para que algo haya cambiado realmente?
Los cambios no se dan de un día para el otro. Si esperás que tu ex sea una persona completamente distinta, no vas a llegar a ningún lado. Los cambios necesitan tiempo de reflexión. Es un proceso que ambos tienen que transitar, pero si lo logran seguramente saldrán fortalecidos.