El país cuenta con una nueva terapia para tratar el cáncer de cabeza y cuello. Fue aprobada recientemente en el país por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), luego de que transcurriera más de una década sin novedades en el tratamiento de la enfermedad.
Se trata de pembrolizumab, una droga que estimula las defensas naturales del cuerpo para combatir el cáncer, por lo que también se la conoce como «inmunoterapia».
«El nuevo fármaco ofrece una mayor tasa de respuesta: 18 por ciento si se la compara con cinco o seis por ciento que teníamos habitualmente con otros tratamientos, y a su vez alrededor de un 71 por ciento de esos pacientes mantuvo respuesta por más de 12 meses, y todo ello con una baja toxicidad o efectos adversos tolerables», detalló a Télam Raúl Giglio, jefe de Oncología de la Unidad de Cabeza y Cuello del Instituto Ángel Roffo.
Hasta ahora las opciones terapéuticas en pacientes con carcinoma de células escamosas de cabeza y cuello recurrente o metastásico (HNSCC) que no respondían a la quimioterapia «eran limitadas», señaló el especialista, quien enfatizó que luego de diez años sin novedades terapéuticas, «pembrolizumab es la primera inmunoterapia aprobada en el país para esos pacientes que brinda mejores tasas de sobrevida».
Los cánceres de cabeza y cuello son un grupo de tumores que generalmente comienzan en tejidos de la boca, nariz y garganta y se categorizan de acuerdo a la zona en la que se originan, como las cavidades oral y nasal, faringe, laringe y senos paranasales.
«Los principales factores de riesgo son el consumo excesivo de tabaco y de alcohol, que combinados aumentan hasta 40 veces las posibilidades de desarrollar esos tumores», añadió Giglio, quien advirtió que «recientemente se añadieron otros factores de riesgo muy importantes, como los virales». Como ejemplos citó el virus del papiloma humano (HPV), vinculado a prácticas de sexo oral sin protección y que produce principalmente carcinoma de orofaringe, y el virus de Epstein-Bar, que produce carcinoma de nasofaringe y «cuyas incidencias están en aumento progresivo», alertó.
Según datos de la Agencia Internacional de Investigación en Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), perteneciente a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la incidencia estimada de esa patología en la Argentina es de aproximadamente 3.200 casos por año.
Según la misma fuente, unos 1.900 argentinos mueren al año por la enfermedad, el 77 por ciento hombres y el 23 por ciento mujeres.
«La incidencia de ese tipo de cánceres está en aumento y si bien no son tan frecuentes en nuestro país, tienen una relevancia importante porque lamentablemente el 50 por ciento de nuestros pacientes fallecerán si no los tratamos a tiempo y de manera adecuada», continuó Giglio. Al ser tumores de rápida progresión, es «fundamental» estar atentos a los síntomas: «Casi todos los casos podrían detectarse simplemente observando el interior de la boca de los pacientes que se acercan con algún síntoma, que si bien en general son inespecíficos, suelen incluir disfonía, dificultad para tragar, úlceras en la boca o ganglios inflamados en el cuello», destacó.
«Por su complejidad, el tratamiento de esos cánceres requiere del abordaje de un equipo multidisciplinario que incluya entre 10 y 12 especialidades entre cirujanos, radioterapeutas, oncólogos, odontólogos y fonoaudiólogos», enfatizó.
Las primeras indicaciones de pembrolizumab aprobadas en la Argentina fueron para melanoma (un tipo de cáncer de piel) avanzado o metastásico y para el cáncer de pulmón de células no pequeñas. En la actualidad se están estudiando sus usos para más de 30 tipos de tumores, tanto como única terapia como en combinación con otras drogas.