Unos 2,2 millones de argentinos sufren de artrosis y otros 500.000 padecen artritis, dos enfermedades reumáticas que suelen provocar distintos grados de discapacidad, según datos de la Sociedad Argentina de Reumatología. Para atender esa problemática, dos egresadas de la carrera de diseño de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) diseñaron un calzado paliativo de descanso.
La artrosis es una enfermedad degenerativa de los tejidos que protegen los extremos de los huesos y facilitan el movimiento de las articulaciones; la afección hace que los huesos se friccionen, provocando inflamación, dolor y pérdida de movilidad.
En general, para las etapas más avanzadas se sugiere el uso de calzados ortopédicos específicos para que el paciente pueda moverse con menos molestias durante el día. El problema es en los momentos de descanso, ya que las ojotas, pantuflas y sandalias no cuentan con los requerimientos básicos para el tratamiento de estas enfermedades.
Agostina Ribba y Agostina Meroi diseñaron las «Flop» -concepto que, en inglés, se refiere a descanso- un calzado versátil que ayuda a reducir el dolor de quienes tienen algún tipo de deformidad por artrosis o reuma en sus pies.
Las «Flop», por sus características ergonómicas, permiten que los pies se relajen; amortiguan la marcha y distribuyen el peso del paciente a través de los realces de la plantilla. El calzado no tiene laterales rígidos correctores y está hecho con materiales blandos en su estructura y en su recubrimiento.
Ribba explica que los realces son lo que distingue a éste de otros calzados usados para relajación: tiene tres que permiten la contención y el equilibrio del pie ya que se ubican en lugares estratégicos como el talón anterior, el arco plantar y los metatarsos.
Una ayuda para el pie
«Desde el punto de vista de la ergonomía, tomamos las zonas de mayor concentración de tensión del pie y trabajamos sobre la contención de las zonas afectadas. Así desarrollamos distintas zonas de realces que ayudan a mantener el pie en una posición normal», explica la diseñadora.
Su compañera, Meroi, apunta que el diseño de la suela también se trabajó a partir de los puntos de apoyo, con un sistema de canaletas que colaboran en la abrasión a los diferentes tipos de terreno sobre los que puede caminar la persona.
Una de las claves fue eliminar los laterales rígidos que, en general, se usan en los calzados recreativos por lo que son más flexibles, una condición importante para no generar dolor en los pies afectados.
El boletín UNC Ciencia consigna que se incorporó como material de confección el poliuterano de densidad media para «acolchonar» el producto y dar sensación de confort. Están recubiertos de neopreno de un milímetro de espesor que genera protección en el contacto entre la piel y el calzado.
Para calzarlas, las «Flop» cuentan con distintos puntos de ajustes lo que facilita a su usuario que las adecue en función del nivel de hinchazón de sus pies. Cada uno lo puede manejar de manera personal.
Próximas en el mercado
Las diseñadoras analizaron el mercado potencial del producto y su viabilidad comercial. Datos del Indec a 2011 indican que, en el país, hay 7,5 millones de personas con algún tipo de discapacidad motora a causa de alguna afección en las articulaciones; alrededor del 19% de la población.
De ese universo, el seis de cada diez cuentan con una cobertura social, que debería contemplar este tipo de calzado terapéutico. Meroi aclara que -en el segmento de afectados por males reumatoides- el diseño se enfoca específicamente en el área de paliativos del dolor; no en la de tratamiento.
«En lo que hace a calzado de descanso no encontramos antecedentes particulares para personas con artrosis, por lo que es un mercado muy interesante para desarrollar nuevos productos», aclara Meroi.
Sus proyecciones apuntan a una producción inicial de alrededor de 2 millones de pares de calzado, para cubrir a la mitad de los pacientes que reciben tratamiento. El costo de producción rondaría los $ 57.
Las diseñadoras indican que el desarrollo del producto insumió una etapa de investigación extensa e interdisciplinaria, con la participación de médicos y también la prueba en pacientes. Hay contactos para que las «Flop» se fabriquen y salgan al mercado a la brevedad.