Si bien las causas no están del todo claras, es cierto que se puede producir cierta caída capilar asociada al otoño, pero los expertos aseguran que es necesario diferenciar las fases de crecimiento del pelo: la «anágena» y la «telógena».
La llamada fase anágena es la de crecimiento, y la telógena es la fase de caída, es el período durante el cual se desprende el cabello, explica la dermatóloga María Teresa Truchuelo.
Los cuatro tipos de caída del cabello
Así subraya que es necesario, por tanto, diferenciar entre de los distintos tipos de caída del cabello que responderán a diferentes causas. Los más frecuentes son la «alopecia androgenética», el «efluvio telógeno», el «efluvio del postparto» y la «alopecia por tracción».
Telógena: la fase «de caída» no desemboca en calvicie porque corresponde a una caída limitada en el tiempo. Suele durar entre 3 y 6 meses y afecta a hombres y mujeres por igual; la única diferencia es que, en las mujeres que tienen el pelo largo, la caída es más aparente. Se trata de una caída que va a repoblar por si sola. Conlleva una pérdida de volumen, pero es temporal.
Postparto: el efluvio del postparto afecta a muchas mujeres a los 3 ó 4 meses de dar a luz. Durante el embarazo los niveles altos de estrógenos aumentan el anclaje del pelo al cuero cabelludo. Cuando bajan esos niveles, ese pelo pasa a fase telógena y cae de golpe. Es una caída que también repuebla por sí sola.
Androgenética: es la caída que responde a factores, “más que hereditarios, genéticos; hay genes que te predisponen a la calvicie”. Afecta a un 50% de hombres mayores de 40 años y en las mujeres es más frecuente después de la menopausia; a los 65 años se estima que un 75% de mujeres pueden padecerla. Antes de la menopausia, ese porcentaje disminuiría al 15%. La diferencia fundamental entre hombres y mujeres es que, en el caso de las mujeres, no se llega a producir una calvicie tan intensa como en el varón.
Por tracción: la alopecia por tracción es muy común en mujeres de piel negra debido al tipo de peinados tirantes que suelen llevar durante períodos prolongados de tiempo. Esto origina un daño al folículo que acaba por destruirlo.
Mitos y verdades
De acuerdo con Truchuelo y al margen de la caída estacional, las causas más comunes que pueden provocar la pérdida de cabello son el estrés, determinados medicamentos, problemas de tiroides y el déficit nutricional (falta de hierro, ácido fólico, etc.).
• El uso de geles, lacas, gominas, secadores y planchas no afecta a la caída del cabello. Sí puede influir en la calidad del pelo, volverlo más frágil, ya que pueden resecarlo o hacer que la estructura no sea tan sedosa, pero no está demostrado que puedan producir caída.
• Asimismo, lavarse el pelo a diario no influye en la caída. Puede ser que durante el lavado se aprecie mayor número de cabellos que se desprenden, pero es simplemente porque el agua los arrastra.
• Cortarse el pelo no frena la caída, simplemente puede dar la sensación de menor pérdida porque el pelo más largo aparenta más cantidad.
• El minoxidil tópico, asegura, es el tratamiento más efectivo en casos de alopecia. Aumenta el flujo sanguíneo al folículo, de modo que lo nutre más. Hoy en día se puede aplicar en espuma, de modo que no mancha y se reducen efectos secundarios indeseados, como el crecimiento de vello corporal. Es importante señalar que al dejarlo no produce efecto rebote.
• La cosmética capilar y los complejos multivitamínicos funcionan. Siempre y cuando cuenten con principios activos bien formulados, pueden ser una ayuda para fortalecer el cabello o para que se regenere antes. Su papel es complementario.