El Desorden Obsesivo Compulsivo se caracteriza por la preocupación excesiva por el orden, detalles y listas. Por qué se diferencia del TOC. Cómo reconocerlo y qué se puede hacer para combatirlo
Juan tuvo varios episodios de peleas en el tránsito. Incluso llegó a las piñas por no tolerar que otro conductor haya cometido una falta de tránsito que él consideró inadmisible. Félix trabaja en un estudio de arquitectura y es tan perfeccionista que nunca logra realizar sus entregas a tiempo. Silvia tiene tan poca capacidad de síntesis al relatar un evento personal, que no logra terminar una historia sin contar hasta el mínimo detalle (empezando la anécdota desde que se levantó o salió de su casa). Marina sufre por una relación muy conflictiva con su familia. Sólo tiene en cuenta su propio punto de vista, no logra ponerse en el lugar del otro y es muy persistente en sus conductas, repitiéndolas una y otra vez aunque sean equivocadas, teniendo muchas dificultades para poder cambiarlas.
A pesar que podemos reconocer en pequeñas dosis estos síntomas en nuestra propia vida cotidiana, estas personas llevan estas características al extremo en varios ámbitos de su vida y fueron diagnosticadas con DOC que es el Desorden obsesivo compulsivo de la personalidad. También es conocido como OCPD por sus siglas en inglés.
A pesar de que suene muy parecido al TOC (Trastorno Obsesivo compulsivo) son dos trastornos diferentes. «El TOC se caracteriza por los pensamientos intrusivos, recurrentes y persistentes, que producen temor o preocupación, y conductas repetitivas denominadas compulsiones, dirigidas a reducir la ansiedad. Hay obsesiones (ideas, pensamientos, imágenes o impulsos recurrentes y persistentes que son experimentados como pensamientos que invaden la conciencia) y compulsiones que son conductas repetitivas, que se realizan según determinadas reglas de forma estereotipada, como por ejemplo lavarse las manos constantemente», explicó a Infobae la psicóloga Lorena Zaifrani, integrante del Servicio de Neurología del Hospital Italiano.
«Sin embargo, a diferencia del TOC, el Desorden obsesivo compulsivo de la personalidad (DOC), se caracteriza por la preocupación excesiva por el orden, detalles y listas. Un perfeccionismo que interfiere con el término de las tareas. Mucha dificultad para delegar, a menos que «lo hagan a su manera». Los pacientes que sufren este trastorno tienen rigidez cognitiva y obstinación. Son extremadamente minuciosos y exactos en el cumplimiento de tareas. Además son inflexibles en los aspectos éticos y morales. Son personas con excesiva dedicación al trabajo, pero con grandes dificultades para relacionarse con sus compañeros y que no logran disfrutar del ocio. Las relaciones personales aparecen como secundarias a la productividad. Pueden presentar también avaricia e imposibilidad de deshacerse de objetos que no tienen valor ni utilidad», agrega la especialista.
«Generalmente muchas personas con TOC tienen DOC pero no siempre esta relación se da en forma inversa. Estas entidades suelen confundirse pero son dos problemas diferentes y sólo se asocian entre sí en un 25%. Las investigaciones neurobiológicas informan que las características específicas de DOC también se observan en individuos con el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) y se han reportado trastornos en el neurotransmisor serotonina en ambos grupos», explicó a Infobae el neurólogo Ángel Golimstok. Y agregó que este desorden es uno de los trastornos de personalidad más frecuentes en la población general, con una prevalencia de hasta 7.9%, basada en datos de la Encuesta Epidemiológica Nacional sobre Alcohol y Condiciones Relacionadas (NESARC) de Estados Unidos. «Pero a pesar de ser tan alta la tasa es escasa la investigación en las asociaciones con otros trastornos mentales y características clínicas», afirmó el especialista.
La compulsión por el orden
«Los pacientes llegan a la consulta médica en su mayoría por problemas de memoria», explicó Golimstok y sumó: «Muchos pacientes con este problema son negadores de sus problemas porque suelen ser tercos y además están habitualmente orgullosos de ser como son, ya que piensan no hay otra alternativa y se creen imprescindibles porque ‘nadie puede hacer las cosas como ellos’. Por este motivo son difíciles para tratar y destinan mucho tiempo a recorrer consultorios de diversas especialidades debido a problemas psicosomáticos. Por eso realizan consultas por colon irritable, fibromialgia, cefaleas frecuentes, y en muchas ocasiones problemas cardiovasculares secundarios debido al gran estrés que padecen. Es muy común que se hagan ‘mala sangre’ por cuestiones que otras personas ven como superfluas y eso les daña su salud mental y física».
¿Pero cuáles son las causas que llevan a una persona a sufrir este desorden? «El cerebro tiene dos hemisferios. En el caso de personas con DOC pareciera predominar el funcionamiento cognitivo del hemisferio izquierdo. Este hemisferio procesa la información de manera analítica, secuencial, desde una lógica lineal y binaria, aprende de la parte al todo, absorbe rápidamente detalles, hechos, reglas, va paso a paso, quiere entender los elementos uno por uno, dejando de lado el aspecto global. Piensa en palabras y no en imágenes, predominando el pensamiento científico. Es decir: analiza, cuenta, planifica y mide», explicó la psicóloga.
A pesar de todos los problemas e inconvenientes que sufren las personas con este trastorno, suelen ser muy valoradas para ingresar a empleos y son catalogados como excelentes trabajadores por su gran apego al trabajo (a veces adictivo). Sin embargo, pueden resultar conflictivos por sus relaciones con los compañeros ya que tratan de imponer a toda costa sus puntos de vista y suelen provocar un aumento de exigencia desmedida a los demás. Esto se potencia mucho más cuando llegan a jefes, lo cual es muy frecuente, y se vuelven insoportables para sus equipos.
¿Cuál es el tratamiento para este desorden? «Con los pacientes trabajamos en desarrollar y estimular habilidades del hemisferio derecho como la percepción global, la habilidad de síntesis y el procesamiento simultáneo. También todo lo relativo a lo intuitivo y creativo, ayudándolos a que procesen la información partiendo de un todo, puedan pensar en imágenes y aprendan a entender las metáforas, a imaginar y crear», dijo la psicóloga. Y el neurólogo agregó: «Si bien en algunos casos los medicamentos antidepresivos que aumentan serotonina a nivel cerebral pueden servir para paliar los síntomas de ansiedad, el mejor tratamiento es una psicoterapia dirigida especialmente al diagnóstico».
Y finalizó el especialista: «Por eso es importante trabajar en la flexibilidad mental para explorar otras alternativas, delegar, aceptar que no todo lo que hacemos es perfecto, aprender a perdonarse a sí mismos, trabajar en los matices. Disfrutar del tiempo libre y las salidas, darse permiso para compartir con otras personas y tener distracciones. Ser más optimistas. Aceptar que las otras personas pueden no comportarse de acuerdo a las reglas establecidas. Ser más cálidos y menos calculadores, aprendiendo a sentir y a emocionarse y, por último, ser más tolerantes y piadosos».