Besar es el acto más puro del hombre, por el que se transmiten los sentimientos más profundos, que ni las palabras pueden expresar. La ciencia encontró la explicación de por qué este acto podría ser el eje central a la hora de buscar pareja. Pero también existe una emisión sensorial que lejos está de las explicaciones científicas. Carolina Papaleo detalla a Infobae las propiedades de este acto y lo que sucede al enfrentarlo:
Según expertos, si la atracción física es intensa y profunda, la cantidad de procesos químicos que se activan puede ser una autentica revolución para el organismo. En varias ocasiones algunos biólogos llegaron a compararlo con la sensación de sobredosis que ofrecen ciertos estupefacientes. Los científicos denominan este deseo de besar filemamanía; cuando el acto se produce, aumentan los niveles de dopamina, un neurotransmisor que actúa en el cerebro diseminando la sensación de ansiedad.
Una hipótesis reciente desarrollada por la antropologa Helen Fisher determinó la importancia de la saliva en este proceso humano. En cada beso, el hombre transmite una serie de testosterona, que es lo que permite a la mujer determinar si se trata de «la persona indicada», es decir, el macho reproductor correcto para el sistema reproductivo humano.
Pero no todo tiene simplemente una connotación animal; con el correr del tiempo se activa la denominada oxitocina con cada beso generado, según detalla un estudio de la Universidad de Bar llán, en Israel. La ciencia subraya que en el principio de una relación los niveles de testoterona y dopamina cumplen un rol fundamental, pero, con el correr de los años, la oxitocina, hormona que genera apego en las relaciones estables, estimula la vasopresina y concluyen en besos con menor frecuencia e intensidad, pero más cariñosos y profundos.
Pese a que besar se encuentra ampliamente vinculado con la raza humana como símbolo de amor y deseo, en el reino animal los parientes más cercanos al hombre, como primates bonobos y chimpancés, también comparten esta particularidad.
La finalidad del beso en los animales, en especial en el caso de los primates y chimpancés, es más común entre machos y señala una forma
Por el contrario, los bonobos, considerados los primates más sexuales, son los únicos en establecer vínculos con beso sexual romántico al igual que los humanos. En esta especie está relacionado con el saludo, tanto el acto de besar como en muchas ocasiones las relaciones sexuales entre ellos.
Nos obstante, provengan del reino animal o de la raza humana, los besos forman parte de una cultura ya instalada en donde el amor se transmite a través de un simple acto de contacto corporal y en el cual los sentidos como tacto, gusto y oído se activan en su mayor esplendor.
La ciencia y el arte se enfrentan cotidianamente, lo que queda claro es que el acto de besar logra que los sentimientos invadan cuerpo y alma entre los amantes implicados, permitiendo una conexión única en cualquier especie que lo practique.