«El lunes arranco»: 5 razones por las que cuesta hacer ejercicio

Salud

«El lunes arranco». Para algunos es una frase que se repite con frecuencia, una expresión de un objetivo planteado con firmeza que luego muta a una excusa para no cumplir con la meta impuesta. Se suele decir que dar el primer paso lo más difícil de iniciar una vida activa físicamente.

Es normal y habitual que se piense que se trata de una cuestión de desgano producto del cansancio de la rutina diaria. O de la poca disponibilidad por acotados tiempos. O tal vez, por las dudas que se presentan al no aparecer los resultados deseados. Sin embargo, existen otras razones detrás de la inclinación hacia los hábitos sedentarios, algunas inherentes a la falta de voluntad.

1. Genética: para Juan Francos Marco, licenciado en ciencia deportiva del centro Alto Rendimiento, cree que se debe a una condición o predisposición genética ligada al somatotipo de cada persona. «Para alguien endomorfo es mucho más difícil cualquier actividad física que para una persona del grupo ectomorfo o mesomorfo, y eso hace que tengan más predisposición a llevar una vida más perezosa. Si hacen ejercicio es más por una recomendación médica», explicó.

2. Entorno social: Sherry Pagoto, profesora de medicina de la universidad de Massachusetts, explicó en un artículo de la revista Psychology Today que la verdadera razón es evitar cualquier experiencia incómoda que surge del propio ejercicio físico. Sudar, pasar frío, quedarse sin aliento, sentir dolores musculares o padecer el esfuerzo y el sacrificio necesarios son situaciones que pueden rondar permanentemente en la cabeza, generando un rechazo psicológico hacia el deporte.

Además, el entorno puede ser fundamental para dar el impulso inicial a partir del ejemplo: «Si nunca se ve a nadie de tu familia o de tu entorno practicar deporte o hacer ejercicio será difícil se que se sienta atraído a hacerlo. En caso contrario el niño lo incorpora como algo implícito para el resto de su vida», explicó Marco a la BBC.

3. Tecnología: así como la innovación tecnológica también nutre a la actividad física con gadgets, aplicaciones y elementos 2.0 también fomenta mayormente a niños y jóvenes a adoptar una vida más ligada al sedentarismo. La oferta de pasatiempos (celulares, computadoras, juegos de video) es una tentación para los menores que cada vez más gana terreno entre las preferencias dejando la margen la actividad física.

4. Evolución biológica: «Es natural y normal ser físicamente flojos», contó el profesor de Harvard David Lieberman, experto en la evolución biológica del ser humano. Para comprender el cuadro de situación, este especialista sugiere remontarse a mucho tiempo atrás. En un trabajo publicado hace dos años dijo que los ancestros tenían la tendencia de reposar y guardar energía cuando no estaban obligados a someter al cuerpo a exigentes jornadas de caza o se trasladaban de un lugar a otro.

«Nuestro instinto ha sido siempre ahorrar energía. Durante la mayor parte de la evolución humana eso no tenía relevancia porque si querías poner comida en la mesa tenías que trabajar realmente duro». En la vida moderna no se necesita el mismo esfuerzo físico. Este instinto de reposo cuando no es necesario estar en movimiento es heredable.

5. El mundo sedentario: vinculado con el punto anterior, es una consigna prácticamente innegociable que todo diseño se piense en pos del confort. Hay una larga lista de productos, artefactos y elementos (calefacción, aire acondicionado, sillas ergonómicas, ropas cómodas, entre tantas otras) que buscan constantemente la comodidad.

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