La celiaquía es la intolerancia permanente al gluten, conjunto de proteínas presentes en el trigo, avena, cebada y centeno (TACC) y productos derivados de estos cuatro cereales. Pueden padecerla tanto niños como adultos. Actualmente, la incidencia es mayor en mujeres, que en varones, según información brindada por la Asociación Celíaca Argentina.
Las proteínas se clasifican en dos grupos, prolaminas y gluteninas. Las prolaminas reciben distintos nombres según el cereal de origen:
• Trigo = gliadina
• Avena = avenina
• Cebada = hordeína
• Centeno = secalina
El gluten de los cereales mencionados es la forma más conocida de presentación de las prolaminas tóxicas para los celíacos. La gliadina constituye el mayor problema, es la más utilizada en la industria alimenticia. La avena pareciera no producir daño pero, en su proceso de industrialización, puede encontrarse contaminada granos de trigo, cebada o centeno.
¿Cómo saber si soy celíaco?
Cuando la enfermedad no es tratada a tiempo, puede derivar en complicaciones como osteoporosis, anemia, linfoma intestinal, déficit de crecimiento y abortos espontáneos recurrentes. Por eso, el diagnóstico precoz es clave para asegurar un tratamiento oportuno.
El Programa Nacional de Detección y Control de la Enfermedad Celíaca elaboró el Protocolo de Detección Precoz, con el objetivo de evitar estas complicaciones. Son muchos los centros de salud que de forma gratuita realizan los estudios pertinentes para detectar la enfermedad. El análisis consiste en la extracción de sangre, una endoscopía y su posterior biopsia. Se trata de un análisis sencillo y no es necesario que un médico especializado pida la orden, un médico clínico puede hacerlo, y puede realizarse de forma gratuita en los hospitales públicos de todo el país.
Hasta el día de hoy, no existe un tratamiento farmacológico para tratar la celiaquía, de modo que la única forma posible para lidiar con la enfermedad es realizar una dieta estricta libre de gluten, que debe mantenerse durante toda la vida.
Los síntomas más comunes
En niños y adolescentes:
– Vómitos.
– Nauseas.
– Cansancio.
– Irritabilidad.
– Retraso en el crecimiento.
– Panza hinchada.
– Anemia.
– Dolor abdominal.
– Diarrea.
– Alergias en la piel.
En adultos:
– Diarrea.
– Panza hinchada.
– Estreñimiento.
– Depresión.
Qué produce en el cuerpo
Esta intolerancia provoca una lesión característica de la mucosa intestinal provocando una atrofia de las vellosidades del intestino delgado, lo que altera o disminuye la absorción de los nutrientes de los alimentos (proteínas, grasas, hidratos de carbono, sales minerales y vitaminas). Es este fenómeno el que produce el clásico cuadro de mala absorción.
La característica principal que define a esta atrofia vellositaria es que, la mucosa intestinal se normaliza cuando se inicia la dieta sin TACC. También se presenta asociada a enfermedades autoinmunes y genéticas y se puede descubrir en pacientes asintomáticos
Se dice que la celiaquía es una condición autoinmune, es decir que el sistema de defensa de los celíacos reconocería como «extraño» o no perteneciente al organismo, al gluten, y produciría anticuerpos o «defensas» contra el mismo. Estos anticuerpos provocarían la lesión del intestino con destrucción o atrofia de su mucosa (capa interior del intestino), produciéndose una alteración en la absorción de los alimentos.
Esperanza de mejoría
“Con el cumplimiento estricto del tratamiento en la mayoría de los pacientes adultos se consigue la mejoría de los síntomas aproximadamente a partir de las 2 semanas, la normalización serológica entre los 6 y 12 meses y la recuperación histológica en torno a los 2 años de iniciado el tratamiento. En el caso de los niños cuando la enfermedad celíaca se diagnostica tempranamente, la introducción de una dieta libre de gluten, promueve la rápida recuperación de la tasa de crecimiento, y alcanza su potencial normal antes de los 12 meses y en algunos casos hasta los 2 años”, explica la médica especialista en Nutrición, Directora Médica de CRENYF, Virginia Busnelli.
El cambio del estilo de vida en éstos pacientes y la adecuación de su plan alimentario a sus propias necesidades, suele ser más aceptado, sencillo y exitoso con un buen acompañamiento nutricional por parte del especialista.