Es común escuchar que una pareja busca tener un hijo y no puede concebirlo durante un tiempo pero que al dejar de buscarlo y relajarse en el deseo de ser padres, entonces recién allí sí puede lograr el embarazo. Esto tiene que ver con el estrés. Tanto es así que en los centros de fertilidad, donde la preocupación es llevar a buen término la reproducción humana, se trabaja siempre en tratamientos del estrés.
La Universidad Hebrea de Israel presentó un estudio con datos reveladores sobre el impacto del estrés en la fertilidad. Publicado en Human Reproduction Nature, reconocida revista internacional que trata temáticas de fertilidad y reproducción humana, este estudio pone en evidencia cómo en los últimos 40 años se observa la influencia del estrés en pacientes masculinos tratados en relación al tema de la fertilidad. Esto resulta significativo frente a lo que ya se conocía del estrés en mujeres ante esta misma temática.
Cuando se invocan las causas de alteración de fertilidad en una pareja, hoy sabemos que el 60% es por razones de orden femenino mientras que el 40% se debe a motivos de infertilidad por razones de índole masculinas. Esto históricamente fue así, ahora bien, este nuevo estudio demuestra que la cantidad de espermatozoides ha disminuido en el hombre acorde pasaron las últimas cuatro décadas. El responsable: el estrés.
La investigación de la que hablamos es un metaanálisis. ¿Qué es un metaanálisis? Es un estudio que se realiza en base a investigaciones anteriores. Se toman cientos o miles de estudios precedentes sobre un tema específico y se sacan conclusiones. Con lo cual un metaanálisis es una investigación estadística que genera gran credibilidad. En este caso se tomaron estudios realizados en un periodo de 40 años.
¿Qué pasa con las mujeres?
Antes de seguir avanzando sobre las bases del estudio realizado en hombres, veamos lo que sabemos del sexo opuesto, de las mujeres. Conocemos desde hace mucho tiempo que el estrés altera la fertilidad y esto es particularmente cierto en las mujeres ya que el sistema reproductor femenino y todo su eje neuroendócrino, es decir, todo lo que tiene que ver con el ciclo ovárico, es como un reloj hormonal sumamente delicado y lo mental, psicológico o emocional tiene una gran influencia. Cualquier mujer sabe que en condiciones de ansiedad y angustia puede tener alteraciones en el ciclo ovárico, a veces incluso falta de menstruación por un tiempo. Vemos de esta manera que la relación entre psicología y función ovárica se percibe en lo cotidiano.
Hay un dato histórico, tristemente interesante, que pone en relieve lo anterior: cerca del 85% de las mujeres que ingresaban en un campo de concentración nazi dejaban de menstruar en el primer mes de sufrimiento. La tensión era tan alta en ese terrible calvario, que el organismo femenino acusaba recibo casi inmediatamente. Al no menstruar, no ovulaban y por lo tanto no podían quedar embarazadas. De algún modo la naturaleza impedía la fecundación para enfocarse en lo único que hacía falta en ese momento que era, entre comillas, sobrevivir al holocausto. La biología misma se encargó en ese momento de decir «no es momento de traer a alguien a la vida».
¿Y los hombres?
El sistema reproductor masculino no tiene la delicadeza y la vulnerabilidad del femenino sin embargo, en este estudio, este metaanálisis que realizó la Universidad Hebrea de Jerusalén, se señala que en el lapso de 40 años, la cantidad de espermatozoides en el semen disminuyó de 20 millones por mililitro (que era lo habitual unos 40 años atrás) a un promedio de 15 millones por mililitro. Al buscar las causas de esta disminución los investigadores alegan como primera de ellas al estrés; el estrés moderno que toda la sociedad vive. En segunda instancia, los autores señalan los siguientes motivos: el tabaquismo, la marihuana, y el abuso del alcohol. Por su parte el Ministerio de Salud Pública de la provincia de Buenos Aires también aporta la estadística de que hay una disminución del 50% de espermatozoides en el último medio siglo.
Cabe señalar que la disminución de espermatozoides disminuye la posibilidad de fecundar y por consiguiente disminuye la fertilidad. Pero esto no implica que baje la calidad. Es decir, a parte de la cantidad, en el estudio de los espermatozoides también hay otra cuestión a considerar que es la calidad y con ella nos referimos al tamaño, la forma, y la movilidad del espermatozoide.
Sin ningún lugar a duda del metaanálisis realizado en Israel se infiere que el estrés ha alterado ya no solamente la función del delicado sistema reproductor femenino, sino también la del masculino. Para terminar digamos que el síndrome del estrés puede afectar todas las funciones mentales y físicas del organismo humano. Y esto incluye claro está un mecanismo esencial como el de la reproducción. El estrés no discrimina sexo, nadie puede escapar de él.
Dr. Daniel López Rosetti. MN 62540, Especialista en Clínica Médica- Cardiólogo Universitario.