Por mucho tiempo la vagancia y la pereza estuvo relacionada a la falta de incentivos, de deseo. Ahora, un nuevo trabajo científico indicó que hay otras razones que expliquen este tipo de comportamiento.
El estudio, de la Universidad de la Costa del Golfo, Florida, EEUU, indagó entre la relación existente entre no hacer actividades físicas y el coeficiente intelectual y sus resultados fueron, al menos, sorpresivos.
De acuerdo al trabajo, publicado en la revista ‘Journal of Health Psychology’, las personas que poseen un alto coeficiente intelectual tienen una mayor capacidad para aburrirse. Esto los lleva a utilizar mucho de su tiempo en pensamientos y ejercicios de introspección.
Para llegar a esta conclusión, el equipo de científicos, dirigido por Todd McElroy, realizó un examen a un gran número de estudiantes. De allí seleccionaron 30 con un IQ elevado y tendencia a «pensar demasiado» y otros 30 con un IQ más bajo y que se caracterizaban por preferir las actividades físicas.
Durante una semana se les colocó un acelerómetro en la muñeca y descubrieron que, de lunes a viernes, los «pensadores» realizaban mucha menos actividad física que los «no pensadores» y que solo durante el fin de semana se igualaba el esfuerzo físico de ambos grupos.
«Las personas activas tienden a ser más físicas, debido a que necesitan estimular su mente con actividades externas, ya sea para escapar de sus pensamientos o porque se aburren rápidamente», dijo McElroy. Y agregó: «Para compensar el esfuerzo y el sacrificio de pensar mucho, las personas inteligentes reducen la cuota de actividad física diaria».