Sea Quest Hero parece un videojuego en el que los participantes sortean laberintos, evitando los disparos y huyendo de los monstruos marinos, pero en realidad es una herramienta para que los científicos puedan estudiar el alzheimer y la demencia.
Uno de los síntomas más tempranos del alzheimer es la pérdida de la orientación, pero existen pocos datos que comparen las capacidades cognitivas a diferentes edades, una carencia que este juego quiere llenar.
También disponible para smartphones
La versión para móviles (Android o iOS, gratis), lanzada en 2016, ya ha sido descargada tres millones de veces en 193 países.
«Esto nos dio una tremenda cantidad de información y nos permite entender cómo los hombres y las mujeres de diferentes edades se mueven en el juego», dijo a la AFP David Reynolds, jefe de investigaciones en el instituto Alzheimer’s Research UK.
Para jugar, los participantes tienen que usar «diferentes partes de su cerebro y las diferentes partes del cerebro se utilizan de manera diferente según los casos de demencia, esto también nos permite vincular la actividad de un jugador con lo que sucede en su cerebro», agregó Reynolds.
Más información para los investigadores
Con la versión con tecnología de realidad virtual los científicos podrán obtener información todavía más rica. «La tecnología del casco nos está ayudando a detectar hacia dónde está mirando una persona además de hacia dónde se desplaza», explicó a la AFP Lauren Presser, uno de los desarrolladores del juego.
«Entonces sabemos si la gente está perdida y cómo se comporta en estas situaciones (…) Cada uno de estos experimentos no ayuda a obtener datos sobre orientación espacial».
En el mundo, cerca de 50 millones de personas sufren demencia y alzheimer, según estimaciones recientes. Para el año 2050 esta cifra podría subir a 132 millones de personas.
Este espectro de enfermedades no tiene cura, pero los desarrolladores del juego esperan que eventualmente éste permita un diagnóstico y un tratamiento más temprano.
Reynolds dijo que la utilización del juego podría ser en si misma una forma de prevención. «Sabemos que mantener nuestro cerebro entrenado y activo, igual como uno mantiene su cuerpo activo y entrenado, es algo bueno y ayuda a reducir el riesgo de demencia o desacelera su progresión», dijo.