Una investigación de la Universidad de Oxford buscaba determinar la función de la grasa en el cuerpo humano y encontró que la adiposidad en la parte posterior del cuerpo posee amplios y sorprendentes beneficios
¿Qué es la silueta perfecta? Una convención, sin dudas. Durante el Renacimiento, una mujer atractiva debía tener curvas y muchas. Las musas de los grandes pintores no tenían «90-60-90», al contrario, eran féminas de caderas anchas y tez muy blanca, con mejillas sonrojadas, entre otras características. En la actualidad, si bien el resurgimiento de las modelos curvies o XXl está colocando la subjetividad en su lugar, todavía existe un preconcepto de belleza, que se cataliza en figuras de mannequin.
Sin embargo, la ciencia, como una suerte de justiciera de lo natural, se encarga de volver a poner a las mujeres con curvas en un pedestal. Un trabajo realizado por la Universidad de Oxford determinó que las mujeres con glúteos más grandes poseen varias ventajas, que van desde una mayor inteligencia a ser más resistentes a las enfermedades crónicas.
«La grasa alrededor de las caderas y los muslos es buena, la única que es mala es la de alrededor de la barriga», comentó Konstantinos Manolopoulos, autor principal de la investigación, que tenía como objetivo averiguar dónde la grasa es beneficiosa o dañina en el organismo.
La conclusión no es antojadiza, sino que analizaron la historia clínica de más de 16 mil mujeres y descubrieron que las mujeres con este tipo de figura tenían más probabilidades de mantener los niveles de colesterol bajos. A su vez, explicaron que al producir más hormonas estas eran claves para metabolizar el azúcar y que, por ende, eran menos propensas a tener diabetes.
«Las mujeres con mayor densidad de grasa en la cola tienen menos niveles de colesterol y glucosa», dijo Manolopoulos.
Además, encontraron que el tejido adiposo -ubicado justo en la parte superior del muslo- también tiene una función hasta ahora desconocida. Las células que lo conforman tienen la capacidad de capturar grasas dañinas y prevenir, de esta manera, enfermedades cardiovasculares.
Por otro lado, determinaron que debido a estas características poseen una mayor cantidad de grasas Omega-3, que se especializan en catalizar el desarrollo del cerebro