El debate se plantea ante cada receso escolar y parece que la clave está en cómo el adulto vive la presencia full time de sus hijos en el hogar. Según un relevamiento, sólo la mitad de los padres dedica más tiempo a la familia en verano. Qué opinan los especialistas.
Los momentos en que los niños están de vacaciones en el colegio bien pueden ser la «excusa» para disfrutarlos (y disfrutarse) fuera de los horarios y las rutinas del año escolar. Sin embargo, no son pocos los padres que viven como una «tragedia» el hecho de que los niños estén en casa y libres de obligaciones.
El hecho de que ambos padres trabajen también fuera del hogar no debería ser un impedimento para encontrar espacios de disfrute en familia. Y la colonia de vacaciones podría ser un recurso válido si el niño lo desea, o bien optar por una modalidad de jornadas reducidas. Eso opinaron las especialistas consultadas por Infobae.
Es que los resultados de un relevamiento realizado en la Ciudad de Buenos Aires demostraron que «sólo la mitad de los padres aprovecha el receso escolar para fomentar más espacios de diálogo y esparcimiento con los más chicos» y que «sólo el 37% e los padres afirmó reunirse a diario con su familia para promover nuevas actividades, momentos de encuentro o conversación en forma proactiva».
A través del Barómetro de Hábitos Familiares, una encuesta para la que dieron su consentimiento 200 personas que acuden habitualmente a cuatro colonias de verano de la Ciudad, se obtuvieron además los siguientes resultados:
– La mitad de los encuestados no limita el uso de las tecnologías en sus hijos, lo que provoca situaciones de desatención mutua.
– Apenas el 35% de los padres afirma compartir intereses en común y pasatiempos con los miembros de su familia durante las vacaciones.
– Nada más que un tercio de los padres aprovecha las vacaciones para reorganizar las tareas y responsabilidades del hogar. En la mayoría de las casas no se suscita un hábito de corresponsabilidad en los quehaceres domésticos.
Según consideró a Infobae la psicóloga y escritora Celia Antonini (MN 10494), «la clave está en cómo viven los padres las vacaciones de los hijos. La manera de encararlo los padres tiene mucho que ver: si lo viven como un problema o les resulta agradable que los hijos estén en la casa».
Apenas el 35% de los padres afirma compartir intereses en común y pasatiempos con los miembros de su familia durante las vacaciones
«Si lo viven como un problema, los van a llenar de actividades para que lleguen cansados a la noche y ‘molesten’ lo menos posible, en cambio si lo ven como positivo, podrán cenar juntos, más tarde, no habrá que correr con los horarios y el encuentro con mamá y papá después del trabajo podrá ser más relajado y ameno -enfatizó Antonini-. El norte está puesto por cómo viven los padres las vacaciones de sus hijos. Ellos son los que deberán proponer o no juegos y actividades para compartir».
Para ella, «según el adulto viva como un sufrimiento o como una oportunidad para aprovechar más a los niños al tenerlos menos cansados y mejor predispuestos, será la manera en que encare los meses de descanso».
Y ante la pregunta acerca de qué hacer con el niño en la casa, la especialista enfatizó: «Lo que ellos quieran, promover actividades con amigos o primitos, dejarlos dormir hasta tarde si gustan».
Para Antonini, «no necesariamente tienen que ir a una colonia. La elección de una colonia tendrá más que ver más con las características de cada niño, más que con las necesidades del padre», y destacó: «Hay niños que padecen la colonia, por ser menos sociables, más tranquilos o porque terminaron muy cansados el año escolar; no todos disfrutan de ir a jugar a la colonia de vacaciones y son los padres quienes deberían evaluar las características de sus hijos: hay chicos que son más tranquilos y prefieren dormir más, jugar un poco a la play, ver a amigos y no permanecer en un ritmo y rutina que los cansa igual o más que el colegio».
«Un buen clima familiar en vacaciones está dado por la actitud que tienen los adultos y cada padre debería ver cómo resolver el tema del cuidado del niño si su hijo no disfruta de la colonia», finalizó.
La elección de una colonia tendrá más que ver más con las características de cada niño, más que con las necesidades del padre
En ese sentido, la licenciada en Psicología Lorena Ruda (MN 44247) destacó la tendencia de los últimos años de las colonias rodantes, talleres y demás actividades que no requieren la rigurosidad horaria -se desarrollan dos o tres veces por semana durante tres horas- y que «permiten que el niño realice actividades con pares y al mismo tiempo los padres que no quieren mandarlos a colonia de jornada completa cuenten con esas horitas como un ‘respiro’ para tener un tiempo para sí».
«Estas colonias rodantes son como un paréntesis en el día -enfatizó Ruda-. Si los padres no trabajan no es necesaria una de jornada completa. Porque, además, por otro lado, si los padres están en la casa los chicos también necesitan del ocio, descansar, invitar amigos a la casa, ir a jugar a otras casas, etc».
Para ella, «si los padres trabajan todo el día y no tienen otra opción de cuidado, la colonia resuelve y en el tiempo libre deberán encontrar espacios para compartir de la misma manera que durante el año». Y destacó que «en el verano se pueden relajar los horarios y las rutinas, y a los niños también les hace bien deshacerse del reloj: la cena puede ser más tarde, no es necesario que se acuesten tan temprano».
Ante este escenario, desde el área que promovió el relevamiento citado, el director de Desarrollo Familiar de la Ciudad, Adrián Dall’Asta, propuso algunas iniciativas que pueden ayudar a potenciar los vínculos:
– Dedicar tiempo de calidad a los hijos afianza los lazos afectivos, promueve el aprendizaje, favorece la comunicación y la autoestima, entre otros aspectos fundamentales.
– Mantener la comunicación a lo largo del día, sobre todo cuando los chicos están de vacaciones, sea telefónicamente o personalmente, es vital para propiciar momentos de encuentro.
– Las vacaciones requieren de los adultos cierta planificación y atención para los más chicos, en orden a motivarlos y ayudarlos a descubrir nuevas actividades para no caer en el aburrimiento.
– Es importante saber que para alcanzar esa comunicación y presencia fluida entre padres e hijos regular el uso de la tecnología es clave para que los momentos de interacción y diálogo no se vean interrumpidos.
– Las vacaciones son un momento propicio para compartir las tareas de la casa con los hijos, involucrarlos, pedirles ayuda y que participen de todo aquello donde puedan colaborar. Es otra manera de compartir actividades, hacerlos responsables de algunas tareas que de acuerdo a la edad puedan llevar adelante, y aprender a llevar a cabo otras.
– Es fundamental que del diálogo se puedan reconocer los intereses y gustos de los niños para llevarlos a gustar y disfrutar el tiempo compartido.