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Existen desde tiempos remotos, pero hoy se instalaron como una nueva terapia antiestrés. Una especialista explica por qué son tan especiales y de qué manera ayudan a conectarse con uno mismo
Pintar ayuda a conectarse con uno mismo, permite reflexionar y ahondar en lo que pasa en el interior de la persona. Dialogar y comunicarnos, esa es la premisa que contribuirá a que seamos más plenos. Encontrar esa arista permite relajarse y fijar «un cable a tierra», elemento indispensable para sintonizar con el verdadero yo.
Muchas veces, se tiende a pensar que el dibujo es cosa de chicos y así es, pero el sentido apunta hacia algo más profundo. Los niños tienden a dejarse llevar y expresar en una hoja de papel y lápiz en mano eso que les pasa. Los adultos se han dado cuenta de esta situación y decidieron sumarse al mundo de los más pequeños.
María Baylac, artista especializada en mandalas, explicó que realizarlos tiene que ver con unir, con tender puentes entre lo consciente y lo inconsciente. «Un mandala es un círculo sagrado, implica integración, es una meditación activa porque se está haciendo algo. En ese momento puede reflexionar, pensar imaginar y encontrar tu paz interior».
Cada vez más adultos se suman a la mandalaterapia
«Están de moda porque son para colorear, pero muchas veces nos olvidamos que existen desde la antigüedad. Están en un reloj, en el ying yang y en la naturaleza, por eso nos conectan con ese todo», dijo.
Adolescentes y adultos se acercan a los distintos lugares que dictan clases y se enamoran de esta nueva forma de combatir sus problemas. «A mi taller vienen desde abogados, hasta contadores, les enseñó a descubrir sus propios laberintos. Cada vez que hacés uno, estás arreglando algo en tu interior, tiene un porqué y no es algo aleatorio».
Y agregó: «Si uno agarra un libro de mandalas y los empieza a pintar en orden nunca los termina. Esto se debe a que cada uno de ellos está dando una orden y refleja tus problemas. Los mandalas armonizan tu energía, por eso es muy importante mirar todo y elegir el que por alguna razón te haya gustado, entonces si lo pintas, lo vas a terminar».
Qué son los mandalas, cómo están formados y de qué manera se pueden realizar
El mandala es un símbolo de sanación, totalidad y unión
«Círculo encantado» o «círculo mágico», esa es la raíz sánscrita de la palabra. Este tipo de representaciones simbólicas que son utilizadas por los hinduistas y budistas hacen referencia al universo, al espacio sagrado. Sin embargo los yantras hinduistas están compuestos por líneas y los mandalas budistas son más figurativos.
Sin embargo la sutileza de sus formas hace que muchas otras culturas también los usen: como la mandorla del arte cristiano medieval, vitrales y laberintos del suelo de las iglesias del período gótico.
Implican un centro y una periferia integrada, son círculos sagrados femeninos
Para dibujarlo podemos usar diferentes técnicas y materiales: se puede pintar sobre tela, papel o pared, si es que nos animamos a intervenir algún ambiente de nuestro hogar. Se pueden utilizar lápices, acuarelas, acrílicos o pinturas según el tipo de superficie elegida para plasmar este arquetipo ancestral.
Algunas culturas los usan como protección contra los malos espíritus
– Una vez seleccionada la superficie a pintar, realizar un pequeño círculo usando un cd o elemento similar
– Hacer un círculo más grande (debe notarse la diferencia con el primero)
– Comenzar a dibujar lo que más nos gusta pueden ser desde flores, hasta corazones, personas paisajes
– Colorear las figuras realizadas
