Mitos y verdades sobre estar enamorado

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El amor es uno de los sentimientos más hermosos que se pueden experimentar. En San Valentín muchas personas festejan felices con sus enamorads/os y las que no están en pareja pueden festejar con amigos, mientras que otras, se sienten frustradas y se deprimen.

En este grupo están las personas que siguen esperando los ‘milagros románticos’, un suceso que de golpe cambie toda su vida. «La realidad es bien diferente a los cuentos de hadas y comparada con ellos es fuente de decepción constante. Cuanto mayor es la distancia entre los sueños románticos y la realidad, más frustrados nos sentimos, y más nos cuesta tomar decisiones», explicó a Infobae Carmen Milán, médica UBA (MN 44426), psiquiatra, psicoanalista y psicoterapeuta.

La especialista sostuvo que las relaciones pueden tener distintos orígenes: «Se establecen sólo por atracción sexual, hay amistades sin ‘sexo explícito’, y relaciones que desde el comienzo son románticas, con expectativas de formar una pareja».

Además, puede suceder que dos personas decidan tener sexo sin compromiso y un día cada uno adquiere para el otro un significado muy especial, o que unos amigos de repente descubran que se sienten atraídos sexualmente.

«Las tres opciones son ingredientes del amor de pareja en distintas proporciones, cualquiera sea el orden de aparición. Si bien en el ‘Día de los enamorados’ mayoritariamente se festeja el amor romántico, las otras opciones también son importantes de celebrar», agregó.

Las etapas del amor

El amor, en su etapa de enamoramiento, genera un estado muy especial, produce euforia e incluye una fuerte idealización del otro, al que no se le encuentran defectos y sólo se ven sus virtudes. Todo esto es sumamente agradable y se vive con gran felicidad. También ocasiona dependencia emocional con la consiguiente ansiedad ante la separación y cierto grado de pensamiento obsesivo; lo único que se desea es estar con el ser amado.

«Se han descubierto correlaciones importantes entre los niveles de hormonas y los estados amorosos de atracción sexual, enamoramiento y amor estable, recordemos que en sus orígenes la atracción era para la procreación y lo biológico sigue funcionando», dijo Milán.

Cuando la etapa del enamoramiento lleva a una relación de amor, estable y duradera, la idealización da lugar a una apreciación más realista del otro y de uno mismo, se reconocen los aspectos positivos y también los negativos de ambos, se acepta al otro tal cual es, respetando su individualidad, para lo cual es necesario haber alcanzado la propia independencia.

«Amar es salirse del centro, pensar en las necesidades del otro. Amar es dar afecto y entender que cuando uno da recibe al mismo tiempo, no hay que pedir nada a cambio pero tiene que existir reciprocidad. Por otra parte no se puede pedir lo que uno quiere que sea espontáneo».

¿Está el amor romántico sobrevalorado?

La ‘magia del amor’, eso tan lindo que nos sucede cuando nos encontramos con alguien que nos atrae y nos genera la expectativa de tener una relación duradera y es recíproco, parece mágico.

«A veces se sobredimensiona y no se puede pasar a la etapa siguiente porque se espera el cumplimiento de los ‘mitos’ que, como tales, no pueden cumplirse en la realidad y esto ocasiona dificultades y frustraciones».

Algunos de esos mitos y cómo reformularlos

El amor es para siempre

El amor es eterno mientras dura. Muchos escritores y poetas lo han expresado así. «El amor puede ser para siempre, pero no la etapa del enamoramiento sino la relación con los cambios que se dan al pasar el tiempo. Las sensaciones y los sentimientos van modificándose y la pareja puede durar toda la vida, o sólo ‘una temporada'».

El amor todo lo puede

«Si consideramos el amor puesto al servicio de conseguir todo lo ‘humanamente posible’ podemos decir que ‘todo lo puede’, realmente es una fuerza increíble que nos pone en ‘modo positivo’ y nos lleva a superar obstáculos. Pero no tenemos que confundir esto con los logros mágicos de los mitos y leyendas o con las fantasía desencadenadas por el famoso ‘…y comieron perdices y fueron felices para siempre'».

El amor y las novelas

Uno de los mitos románticos que reflejan cientos de historias en libros y películas es que el hechizo del amor, la flecha de Cupido, cambia la vida, salva y soluciona los problemas. El amor convierte a los sapos en príncipes, rescata a las chicas de su encierro de soledad y las transforma en princesas.

«Eso no sucede, pero porque es exagerado y distorsionado. En realidad, el amor nos embellece en todo sentido, dar amor nos hace sentir bien y recibirlo nos da seguridad. Si esperamos milagros, la decepción es constante. Cuanto mayor es la distancia entre los sueños románticos y la realidad, mayor es la frustración».

Tenemos que sufrir por amor

Se sufre cuando el ser amado sufre, ya que incorporamos las vicisitudes de la vida del otro a la nuestra y nos alegramos y sufrimos por ellas. Pero no ‘tenemos’ que sufrir, el amor que hace sufrir no es amor.

«A veces se sufre por un amor no correspondido, en cuyo caso la intensidad del sufrimiento dependerá del momento de la relación, y de la capacidad del ‘sufriente’ para darse cuenta de que el amor no correspondido ya no es amor sino la expresión de alguna necesidad. Lo dijo muy bien Mario Benedetti: ‘Para estar total, completa, absolutamente enamorado, hay que tener plena conciencia de que uno también es querido, de que uno también inspira amor'».

Creer que los celos son un signo de amor

Es una equivocación. Una cosa es una demostración de celos equivalente a «me molesta pensar que pueda interesarte otra persona» y otra es «vivir enloquecido por que exista esa posibilidad». El primer caso es equivalente a un halago; el segundo es egoísmo y está íntimamente relacionado con la violencia de género que surge cuando se trata al otro como una posesión e implica serios problemas psicológicos. En este punto es bueno recordar que amar es dar libertad y ser libre, amar no es poseer ni ser poseído.

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