Siglos y siglos debieron pasar para que la mujer lograra un lugar de privilegio a nivel social. Aún hoy, persiste en ciertos ámbitos inequidad. En algunos puestos de trabajo, los hombres ganan sueldos más altos o la mujer no es vista como lo suficientemente capaz. En el plano sexual, la mujer cobró protagonismo y dejó de ser un mero «objeto de placer» para el hombre, aunque de acuerdo con una investigación reciente, todavía persisten retazos de épocas pasadas.
La Universidad de Ciencia y Tecnología de Noruega se propuso indagar en la sexualidad, más precisamente, en cómo perciben el sexo ocasional tanto hombres como mujeres. Para ello, reunieron a 263 colaboradores con edades entre los 19 y 37 años, a los que se les preguntó por sus últimos encuentros sexuales de sólo una noche.
Los resultados del estudio -publicados en la revista Evolutionary Psychology– indican que sólo una de cada tres mujeres señaló sentirse satisfecha con su última experiencia de sexo ocasional. En cambio, los hombres muestran más del 50% de complacencia y tan solo un 10% siente culpa por esa noche.
Por otro lado, también el 80% de las mujeres aseguró haberse negado alguna vez a la posibilidad de tener un encuentro sexual furtivo, mientras que solo el 43% de los participantes masculinos rechazó tal propuesta. De ellos, el 60% manifestó molestia por su equivocada decisión.
«No estamos diciendo que no hay hombres que lamenten el sexo casual, pero es mucho más común que las mujeres se arrepientan de ese encuentro. También son claramente menos felices con la experiencia. De acuerdo con los resultados, las mujeres se arrepentían de haber tenido sexo ocasional de una sola noche, pero no se arrepentían de decir que no», detalló el profesor Leif Edward Ottesen Kennair, líder de la investigación.
La primera razón que esgrimió el grupo de investigadores radica en la probabilidad más alta de que los hombres hayan experimentado un orgasmo en ese encuentro sexual, según la información obtenida.Sin embargo, el equipo brindó otra serie de motivos por los cuales las mujeres no se sienten cómodas con el sexo casual. Entre ellas, que se preocupan más en general por no tomar decisiones espontáneas y, sobre todo, prefieren no involucrarse en situaciones que las pueden llegar a poner en peligro. Las mujeres temen quedar embarazadas, contagiarse una enfermedad de transmisión sexual y gozar de mala reputación.
Los investigadores, entonces, creen que la psicología evolutiva es en gran parte la culpable de esta diferencia de apreciación. Durante miles de años los hombres y las mujeres adoptaron estrategias sexuales opuestas.
«El éxito reproductivo de los hombres, históricamente, se basó en el acceso sexual a las mujeres fértiles. Estas presiones de selección evolutiva crearon una mente masculina que está atenta a las oportunidades sexuales», sostuvo el profesor David Buss, quien colaboró en el estudio. En cambio, para las mujeres, la calidad del compañero es mucho más importante que la acumulación de parejas sexuales ya que no aumenta su posibilidad reproductiva.