Una mascota suele ser símbolo de vitalidad y alegría, quien adopta un perro como un miembro más de la familia, sabe que su presencia puede influir en el comportamiento emocional de cualquiera de los integrantes del hogar. Pero un completo y reciente estudio, liderado por Waltham (MARS) y en colaboración con la Universidad de Lincoln y la Universidad de Glasgow, reveló otro curioso dato relacionado con la presencia de perros en las casas de adultos mayores quienes, gracias a la presencia animal, tienen más probabilidades de alcanzar los niveles de actividad física recomendados por la Organización Mundial de la salud (OMS).
Este concepto está relacionado con la obligación de establecer rutinas de paseos diarios y de juegos con las mascotas lo que constituye una actividad fundamental para una longevidad saludable y activa. Todos estos beneficios físicos y emocionales que aporta la presencia de un perro en casa además contribuyen a la disminución de enfermedades cardíacas, derrame cerebral, múltiples tipos de cáncer y depresión.
«Este estudio indicó que ser propietario de un perro implica una potencial mejora de la salud. Se detectó que los propietarios de mascotas tuvieron un promedio de 22 minutos de tiempo adicionales dedicados a caminar, incorporando 2.760 pasos por día con un ritmo de intenso a moderado. Al mismo tiempo, los dueños de perros tuvieron menos instancias de paradas de descanso durante caminatas. Esta diferencia podría ser suficiente para acercarse a los niveles de actividad física recomendados para mantenerse saludable», aseguró la doctora Philippa Dall, investigadora principal de la Glasgow Caledonian University.
La investigación cotejó 43 parejas propietarias y no propietarias de mascotas y fueron sometidos durante todo un año a un sistema de monitoreo y control de la actividad física diaria. Para la selección de los sujetos de estudio se tuvo en cuenta que tuvieran 65 años o más. El sistema de medición se acondicionó adecuadamente para que constantemente pueda medir el tiempo dedicado a caminar con un ritmo moderado (100 pasos/minuto), el tiempo de pie, el tiempo sentado, la cantidad de veces que la persona detuvo la marcha para sentarse y la cantidad de veces que esas paradas tomaron más de 30 minutos.
«El objetivo del presente estudio ha sido abordar estas cuestiones mediante el uso del sistema de monitoreo ActivPAL para evaluar la influencia que tiene la convivencia con un perro en la actividad física, el comportamiento sedentario y la salud de los adultos mayores», aseguraron los autores en su estudio.
La OMS recomienda con el fin de mejorar las funciones cardiorrespiratorias, musculares, la salud ósea y funcional, depresión y el deterioro cognitivo, una actividad física moderada de al menos 150 minutos semanales en adultos mayores de 65 años y es en esta tarea en donde tener una mascota puede hacer la diferencia entre el concepto de sedentarismo e hiperactividad diaria. El adicional de 20 minutos de caminatas diarias sería la clave para una «vida eterna» y saludable, y sobre todas las cosas, rodeada de la felicidad que solo una mascota puede otorgar.