A partir de los contagios de Viruela del Mono en diferentes países, el mundo entró en alerta por la facilidad con que se propaga la enfermedad. Si bien hay cada vez mayor información al respecto y algunos datos son alentadores, hay dos franjas etarias que son más propensas al contagio.
Según expertos, se descartó que la mayoría de los niños y adultos con un sistema inmunitario sano no enfermarán gravemente, incluso los adultos mayores que estén vacunados.
Sin embargo, los bebés de menos de seis meses podrían ser de mayor riesgo, aunque todavía no fueron afectados por el brote actual, y también adultos mayores (arriba de los 45 años) que al menos tienen la protección parcial que les brinda la vacunación de hace décadas contra la viruela común no así los menores de esa franja etaria.
El brote de viruela del mono sigue creciendo: ya hay 260 casos confirmados y miles más en estudio en más de 20 países. La infección empieza con síntomas respiratorios, pero hace eclosión rápidamente con un sarpullido característico, primero en la boca, luego en las palmas de manos y pies, y gradualmente va tomando el resto del cuerpo. Ese sarpullido en determinado momento se ampolla y se llena de pus.
Cada pústula contiene virus vivos, y al abrirse puede contaminar la ropa de cama, las toallas y otros objetos, con el consiguiente riesgo para el entorno cercano. Las personas infectadas también deberían evitar refregarse los ojos, porque el virus puede dañar gravemente la visión.