La ciudad de Rosario sigue siendo presa del miedo y la violencia que no da tregua. Esta vez, no solo se registran reiterados casos de homicidios, sino que también se suman amenazas dirigidas a colegios y centros de salud, sumiendo a la comunidad en un estado de temor constante.
Al menos tres instituciones educativas han decidido cerrar sus puertas debido al temor generado por estas amenazas. Además, el personal médico de la zona evita transitar por las calles utilizando su uniforme, con el fin de evitar ser intimidados por posibles agresores.
En una escalofriante muestra de la gravedad de la situación, recientemente, un individuo ingresó a un centro de salud en la zona sur de la ciudad y amenazó a un médico presente, advirtiendo que «los vamos a matar a todos». Desde ese incidente, el personal médico se niega a utilizar su uniforme incluso para dirigirse al hospital, tal es el nivel de temor que prevalece.
La preocupación se agudiza aún más con el descubrimiento de amenazas directas en escuelas, incluyendo el aterrador hallazgo de una bala adherida a una de las instalaciones escolares.
A pesar de la grave situación, las escuelas han reanudado sus actividades con protocolos de seguridad estrictos, abriendo y cerrando sus puertas en horarios específicos para evitar cualquier incidente de violencia.
En un intento por contener la escalada de violencia, se ha implementado un operativo de seguridad que cuenta con la custodia de 450 oficiales, sumándose a los más de 1500 efectivos ya desplegados para proteger la ciudad.
Mientras tanto, en medio del caos, la comunidad educativa de Rosario se vio conmocionada por una amenaza de bomba en la escuela San José, lo que resultó en la evacuación de los estudiantes hacia un lugar seguro bajo la protección de las autoridades y los bomberos locales.
La situación generó una gran preocupación, especialmente considerando los recientes episodios de violencia en diferentes zonas de la ciudad. Las fuerzas federales se movilizaron para proteger el área, colaborando estrechamente con la Brigada de Explosivos de la policía.
Mientras tanto, en un giro de los acontecimientos, las tres personas detenidas inicialmente por el crimen del playero Bruno Bussanich fueron puestas en libertad debido a la supuesta falta de pruebas para mantener su detención, en un contexto de violencia desenfrenada que sigue afectando a la ciudad de Rosario, Santa Fe, debido a los ataques narcotraficantes.