Tiyo Satrio tiene 11 años y vive en Indonesia. Nació sin brazos ni piernas, pero sus limitaciones no lo frenaron a la hora de desarrollar sorprendentes habilidades, jugar, ir a clases e interactuar con otros niños de su edad en la escuela especial a la que asiste.
Cuando no está estudiando, se dedica a su pasatiempo preferido: la Playstation, en la que se desenvuelve con su mentón y sus hombros para manejar los controles. «Juega antes de lo que vengan a buscar para ir al colegio, y también cuando llega. Todos los días», contó su madre, Mimí.
La mujer explicó que, si bien ahora la vida de su hijo es normal, no siempre fue así debido a los complejos problemas de inseguridad del niño por sus falencias físicas. Algunos días suele faltar a clase, lo que no le impide ser un buen estudiante. Escribe con su boca y está académicamente a la par de sus compañeros.
Según el director de su colegio -donde es el alumno favorito por su optimismo y su risa contagiosa- más allá de que Tiyo asista a segundo grado, ya es capaz de resolver ejercicios matemáticos de cuarto, con multiplicaciones y divisiones. Tanto en los números como los estudios religiosos, admitió el directivo, están sus principales conocimientos.
https://youtu.be/hDZr9cRzhMk