Convertite en un padre innovador para ayudar a tus hijos en el colegio

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Muchos estudiantes que terminan rindiendo materias en el verano no presentan problemas importantes o evidentes de aprendizaje. La mayoría de ellos están desmotivados por aprender y no encuentran espacios estimulantes para hacerlo. En el caso opuesto, a los alumnos más responsables, les gana la exigencia y al ver los buenos resultados que logran, se autoestimulan en un círculo vicioso que los hace cada vez más comprometidos.

Si bien la escuela está comenzando, lentamente, un proceso de transformación atravesado por la innovación tecnológica y las necesidades de un mercado laboral que exige otras habilidades más allá de los contenidos curriculares clásicos, los padres tienen un rol fundamental en el desarrollo de los aprendizajes de sus hijos.

Los dos pilares fundamentales del acompañamiento de los padres en los estudios están basados en la creatividad a la hora de hacer tareas y el desarrollo de experiencias positivas alrededor de los momentos de estudio en casa.

El primero de los aspectos se ejemplifica en esta escena: Joaquín, de 2° grado llega a casa y está preocupado porque al día siguiente tiene prueba de “la tabla del 6”. Su preocupación no le impide querer sentarse largas horas de su tarde jugando en dispositivos electrónicos, procastinando el momento de sentarse a practicar con el cuaderno junto a su mamá. El clima se vuelve tenso según pasan las horas y los padres terminan castigando a Joaquín por “vago e irresponsable” y por no haber estudiado. Un padre innovador hubiese buscado una forma creativa de atraer la atención de Joaquín de forma que su hijo pueda aprender las tablas sin dejar de sentir que se trata de un juego “electrónico” más. Estos padres buscan aplicaciones para celulares, por ejemplo, que les permiten practicar las tablas como parte del juego (¡hay cientos!). Otros creativos menos tecnológicos, se sentarían con Joaquín a diseñar un juego de mesa como el memo-test en el cual cada vez que una multiplicación coincide con un resultado, el ganador se lleva las fichas.

En el caso de Delfina, de 3° año de secundaria, el desafío es algo diferente. Su clase de biología tiene examen al otro día sobre el sistema nervioso y ella casi no tomó notas en la clase por lo que recurre a la excusa de no estudiar porque no tiene de donde hacerlo. Los padres podrían castigarla, quitarle las salidas con sus amigas y hasta prohibirle que use el celular. Cuando estas situaciones se repiten en lo cotidiano, se desarrollan experiencias negativas que terminan asociadas al momento de estudiar. En cambio, padres creativos e innovadores, buscarían con ella videos-tutoriales y ejercicios del sistema nervioso en YouTube u otras plataformas con información validada y hasta propondrían consultar con un profesor online si tuviesen dudas puntuales para resolver la noche anterior al examen.

Cuando el problema es memorizar ciertos conceptos (¡aunque esto ya no debería ni tener que contemplarse!), los padres creativos propondrían a Delfina inventar una canción con las palabras o conceptos que debe recordar. Con sólo tararear la canción al comienzo de su examen, los conceptos serán bien claros para ella sentada con la hoja de su examen y podrá reducir el estrés para responder adecuadamente.

Generar experiencias positivas en el momento de estudio en casa, puede ser la forma de generar hábitos de aprendizaje ligados al disfrute y que tengan resultados fructíferos para el niño o joven. Lograr motivarlos en el hogar ayuda a comprometerlos con la escuela y su propia educación. No esperar a que termine el año para encontrarnos con materias en el verano, sino acompañar el proceso desde un lugar creativo puede hacer que este año nuestros hijos enfoquen de una nueva manera sus estudios.

*Denise Abulafia es doctora en Ciencias Biológicas y especialista en tecnologías educativas. Fundadora de Educatina.

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