Un estudio reciente señaló que el desorden tiene un impacto significativo en la autoestima y el estado de ánimo de las personas
Dos minutos para organizar y limpiar la casa es una estrategia eficaz que contribuye al bienestar emocional. ¿En qué consiste?
En los últimos años, la conexión entre limpieza y salud mental ha ganado relevancia, impulsada por la prominencia de la cultura del orden en programas, series y videos dedicados a la organización. Más allá de las tendencias, la ciencia respalda la idea de que mantener la casa limpia y ordenada puede tener un impacto positivo en el bienestar emocional.
En medio del ajetreo diario y el estrés, encontrar paz y claridad mental no siempre implica descansar y desconectar. Comenzar un momento de limpieza y organización del hogar puede ser una forma efectiva de lograrlo. Un estudio respalda la conexión entre un hogar limpio y ordenado y su impacto positivo en el bienestar emocional. La neuropsicóloga Diane Roberts Stoler destaca que el desorden actúa como una distracción visual que puede aumentar la sobrecarga cognitiva y afectar la memoria de trabajo. En contraste, la limpieza se revela como un factor calmante para la mente, contribuyendo así a la reducción del estrés y la mejora del bienestar emocional.
La investigación del Center on Everyday Lives and Families (CELF) de la Universidad de California exploró a 32 familias y reveló que el desorden afecta la autoestima y el estado de ánimo de los participantes. Se encontró una correlación directa entre la cantidad de objetos en el hogar y el nivel de estrés experimentado. Por otro lado, la limpieza no solo reduce el estrés, sino que también impacta positivamente en la autoestima y la productividad. Mantener un hogar limpio puede mejorar el sueño, el estado de ánimo y fomentar la relajación. Este aspecto es especialmente relevante para personas con trastornos como el TDAH, lesiones cerebrales y déficits de función ejecutiva.
El método de los dos minutos para ordenar la casa sugiere que, si una tarea toma menos de dos minutos, debe hacerse de inmediato. Algunos ejemplos incluyen lavar platos o vasos inmediatamente después de usarlos, llevar al lavarropas la ropa de inmediato, colgar la ropa usada al quitársela y mantener despejadas las superficies de la casa para evitar acumular desorden. Este enfoque en pequeñas acciones diarias contribuye a mantener la armonía en el entorno y puede ser clave para evitar jornadas extensas y poco fructíferas de limpieza.