La tecnología que sucede al 4G estará lista en 2019, pero ya comienzan las primeras pruebas para definir el estándar y mostrar su alcance
HONG KONG.- La promesa del 5G, el estándar superador del 4G que usamos hoy (donde hay señal) está cada vez más cerca. Después de años de desarrollo, se van cerrando los pendientes, aunque todavía falta algo de tiempo, apuntando a una fecha entre el Mundial de Rusia 2018 y los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 para su debut.
Falta todavía para que las etapas del 5G se cumplan. En rigor, no será una tecnología que reemplace al 4G, aunque sí la reforzará de dos maneras: mejorará la velocidad con que llegan datos a nuestro teléfono, claro (es decir, amplía el ancho de banda disponible), pero también disminuirá al máximo la latencia (el retraso, dentro de una red, entre que un dispositivo envía una orden y otro la recibe), para evitar que haya demoras o conflictos en la conexión: es clave, por ejemplo, en un auto autónomo, que no puede esperar a recibir información externa. O en un vehículo comandado a distancia; un robot cirujano que opera del otro lado del planeta; etcétera.
El 5G está en fase de pruebas. Se espera que la tecnología esté disponible en 2019. Esto es: que exista una infraestructura adecuada para cumplir la promesa de conectividad; un estándar consensuado por la industria; espectro liberado para utilizar las bandas que requiere la nueva tecnología; y, por último, que los dispositivos estén listos para sumarse a la tendencia.
En algún momento, los usuarios debieron cambiar sus equipos para que sean aptos para el 4G ( en la Argentina debutó a fines de 2014; en el mundo se comenzó a usar -en forma limitada- a fines de 2009). Lo mismo deberá suceder con la próxima generación. Pero todavía falta. Todo esto sin mencionar los problemas y características específicas de cada uno de los países, entre los que se encuentra, claro, la Argentina. Parece a años luz, pero todo llega.
Falta definir el estándar
Mientras tanto, Qualcomm, que el año pasado había presentado el primer módem capaz de recibir conexión 5G (el X50), ahora anunció que probó esta tecnología en un teléfono -especialmente diseñado para la ocasión y de manera interna- en sus laboratorios de San Diego. Los resultados fueron satisfactorios: alcanzaron la velocidad máxima de un gigabit por segundo de descarga.
La clave detrás de este procedimiento es que este equipo servirá de referencia para los otros fabricantes puedan avanzar de manera más ágil hacia sus primeros dispositivos con 5G que, esperan, estarán listos en 2019, un año después de lo que la empresa estimaba el año pasado.
En el medio, claro, habrá que terminar de confirmar también si el estándar que está impulsando Qualcomm (conocido como NR) será el que finalmente adopte la industria (como en el pasado sucedió con LTE y por el que las empresas que desarrollaron la tecnología cobran regalías).
Ya hay varios jugadores que, en sociedad con la empresa de San Diego, parecen darle el visto bueno; entre ellas figuran Sprint, Ericsson, Nokia y AT&T. La velocidad máxima del módem X50 es de 5 gigabits, muy por encima de lo que se ofrece en el mundo real para el LTE (que llega, en los mejores casos, a los 300 megabits con Carrier Aggregation).
Esa velocidad máxima, explicaron, llegará una vez que terminen todo el desarrollo, se hagan los ajustes, se pruebe con un uso real, etcétera.
El smartphone es lo de menos
La «prueba del smartphone» es apenas la punta del iceberg de esta tecnología, que no está pensada exclusivamente para conectar celulares inteligentes. En realidad, planea ser un tipo de conexión que reúna a distintos dispositivos inteligentes.
«En 2020 va a haber una explosión de uso de datos», explicó Amón Cristiano, vicepresidente de tecnologías de Qualcomm. Eso significará que las conexiones móviles, que hoy suman más de 7500 millones en el mundo, crecerán exponencialmente. «Y la demanda de tráfico, se multiplicará 30 veces», señaló.
No serán solo smartphones: se sumarán autos, cuyos modelos autónomos necesitarán conexión permanente para comunicarse entre sí -y no chocar- y con el entorno, dispositivos conectados, desde relojes hasta electrodomésticos o dispositivos para la salud, hasta ciudades enteras, entre otras aplicaciones. La clave es equipos «siempre conectados» que podrían aprovechar el procesamiento de la nube y tomar decisiones. Porque las antenas 5G, además, están preparadas para abastecer a un mayor número de dispositivos por celda, previendo la densidad de dispositivos por hogar (o por manzana) que veremos en los próximos años.
Ford, por ejemplo explicó que todos sus autos tendrán conexión de telefonía móvil en 2019. Para la marca de moda Fossil, también presente, los dispositivos de vestir tipo relojes conectados ya representan el 15 por ciento de su negocio. Algo que empezó hace solo 3 años. Y que, esperan, siga creciendo. En Sony son optimistas con las oportunidades que genera el 5G en gaming y realidad virtual.
«Vienen los mejores años de la industria», se entusiasmó Cristiano. «5G va a ser una de las transiciones más significativas que tendremos. Va a ser como la electricidad».