Santos agradeció en su discurso el respaldo de la comunidad internacional, en particular de Noruega, Cuba, Chile, Venezuela, Estados Unidos y la Unión Europea para acabar con más de medio siglo de conflicto con la guerrilla de las FARC.
El pueblo de Colombia, «con el apoyo de nuestros amigos de todo el planeta, está haciendo posible lo imposible», afirmó el presidente colombiano. Y amplió: «La guerra que causó tanto sufrimiento y angustia a nuestra población, a lo largo y ancho de nuestro bello país, ha terminado».
Santos recordó la victoria del no, por escaso margen, en el plebiscito convocado para refrendar el acuerdo de paz con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas).
Este suceso le recordó, dijo, un pasaje de Cien años de soledad del nobel de Literatura Gabriel García Márquez, su compatriota. «Los colombianos nos sentíamos como habitantes de Macondo: un lugar no sólo mágico sino también contradictorio», manifestó.
«Me propuse convertir este revés en una oportunidad» y, no habían transcurrido cuatro días, cuando llegó la concesión del Nobel, «un regalo del cielo», dijo.
Y señaló: «En un momento en que nuestro barco parecía ir a la deriva, el Premio Nobel fue el viento de popa que nos impulsó para llegar a nuestro destino: ¡el puerto de la paz! Y lo logramos. ¡Llegamos a puerto!».