El documento titulado «Los robots y la industrialización en los países en desarrollo» señala que la relocalización «está ocurriendo lentamente y se limita a ciertos sectores», y aconseja a las naciones en desarrollo tanto «abrazar la revolución digital» como construir «mercados locales y regionales que harán la relocalización menos probable».
«El aumento del uso de robots en los países desarrollados corre el riesgo de erosionar la tradicional ventaja en costos laborales de los países en desarrollo», señala el documento.
«La proporción de ocupaciones que podrían experimentar una automatización significativa es realmente mayor en los países en desarrollo que en los más avanzadas, donde muchos de estos empleos ya han desaparecido, y esto afecta a dos tercios de todos los empleos», agrega el informe, citando datos del Banco Mundial.
El informe afirma que esta relocalización ya comenzó, aunque aún sus efectos fueron menores; sin embargo, este proceso «sigue teniendo lugar y, si bien los diferenciales de costos laborales continúan siendo un factor en la decisión de las empresas sobre dónde ubicar la producción, especialmente de bienes con alto contenido de mano de obra, los factores de demanda como el tamaño y el crecimiento de los mercados locales se están volviendo cada vez más determinantes importantes».
Los robots industriales se desplegaron principalmente en las industrias automotriz y eléctrica y electrónica.
«Esto significa que en los países en desarrollo -como México y muchos de Asia- los que participan en actividades de exportación en estos dos sectores son los más expuestos a la reasentamiento», continúa el texto.
El informe recomienda a los países en desarrollo poner impuestos a los robots y prevenir un aumento de la inequidad -causada por la pérdida de trabajos poco cualificados- a través de prestaciones sociales.
Asimismo, señala que «las tecnologías disruptivas siempre brindan un mix de beneficios y riesgos», y señala que al adoptar la revolución digital, los países en desarrollo podrían utilizar los robots para abrir nuevas oportunidades.
Combinando impresiones 3D y el uso de robots, los pequeños negocios en países en desarrollo podrían acceder a nuevas posibilidades para producir en escalas mucho más grandes, continúa.
El documento precisa que cada año, desde 2013, China compró más robots industriales que cualquier otro país, y que para finales de 2016, sobrepasará a Japón como el operador de robots industriales más grande del mundo.