- Remojo inicial: Llena un recipiente con agua caliente y agrega una cucharada de bicarbonato de sodio o vinagre blanco. Sumerge los repasadores en esta solución y déjalos en remojo durante al menos 15-30 minutos. Esto ayuda a aflojar la suciedad y eliminar olores desagradables.
- Lavado a máquina: Después del remojo, lávalos en la lavadora con detergente. Añadir una taza de vinagre blanco al ciclo de lavado puede potenciar el efecto desinfectante y eliminar residuos de detergente.
- Blanqueado opcional: Si los repasadores son de color blanco y necesitan un impulso adicional, puedes utilizar blanqueador sin cloro. Asegúrate de seguir las instrucciones del producto y enjuagar bien después.
- Secado al sol: Una vez lavados, sécalos al sol. La luz solar ayuda a desinfectar y eliminar olores adicionales. También contribuye a mantener los repasadores frescos.
- Cuidado regular: Para evitar que los repasadores se ensucien demasiado, límpialos después de cada uso y lávalos regularmente. No los dejes húmedos en un rincón, ya que esto puede propiciar el crecimiento de bacterias.
Siguiendo estos pasos, tus repasadores deberían quedar limpios, frescos y listos para su próximo uso. Recuerda que mantener una rutina de limpieza regular es clave para preservar la higiene en la cocina.