Culminó una exploración que durante años intentó resolver el misterio sobre si «Nessie» existe o es solo una leyenda que atrae turistas de todo el mundo.
«Vamos a resolver el misterio o a seguir encantando a las nuevas generaciones con Nessie». Así se puso en marcha la operación de investigación más ambiciosa en el Lago Ness, en Escocia, de los últimos 50 años. Con lo último que la tecnología puede aportar: drones, submarinos robotizados, cámara de Ultra Alta Definición, rastreadores del fondo de mares, ríos y lagos, sonares y detectores sofisticados de cualquier clase de evento o anomalía. Todo para responder una pregunta que lleva más de 1.000 años: ¿existe el monstruo del Lago Ness?
Y la cifra no es un capricho. Ya en el año 500 de nuestra era, pobladores de la zona alta de Escocia aseguraron haber visto un «monstruo» nadando en sus frías aguas. Desde entonces, hay miles de testimonios y cientos de «pruebas» sobre «Nessie». Pero ninguna pudo superar el rigor científico. ¿Hasta ahora?
Los restos del castillo de Urquhart, al pie del Lago Ness. Un buen lugar para comenzar, desde su muelle o la torre de la fortificación, la búsqueda de «Nessie»
En busca de «Nessie»
Los cazadores de monstruos se dieron cita en el Lago Ness para la mayor búsqueda en cinco décadas. Hartos de convivir entre mentirosos o embusteros (capaces de hacer cualquier truco para demostrar la existencia del monstruo) y los que aseguran que todo es una enorme maquinaria de propaganda para mantener el impresionante turismo que, año tras año, llega hasta allí esperando poder verlo.
Por aire, por el agua y por todo el contorno del lago -de 110 kilómetros- recorren el lugar para tener un «informe definitivo y concluyente».
A poco de iniciado este trabajo épico, los voluntarios dicen que escucharon «cuatro ruidos distintivos» bajo el agua. Es difícil saber de qué pueden ser distintivos esos ruidos si no hay una evidencia cierta sobre «Nessie», pero actuó como un revulsivo para dinamizar la tarea.
Se estima que más de 200 voluntarios convergieron en el Lago Ness, ya sea abordando botes o bordeando las orillas del lago de agua dulce. Como si fuera el Día «N»: el momento de la verdad. Para peor, en medio de un clima «horrible» para buscar al monstruo. Si «Nessie» existe y quiere seguir siendo un «misterio», sabrá usar la desventaja del clima a su favor.
«Detectamos 4 ruidos diferenciales», dice Alan McKenna, uno de los responsables de la búsqueda del monstruo del Lago Ness
«Cuando estábamos probando el equipo, escuchamos cuatro ruidos distintivos que no sabíamos de dónde venían», dijo Alan McKenna, quien ideó en Edimburgo esta colosal búsqueda. Utilizaron un «hidrófono» muy sofisticado y, según él, los ruidos no se pueden atribuir a golpes de rocas en el fondo del lago o desprendimientos o sonidos ya reconocidos en otros animales -peces y anguilas- que habitan el lago. ¿Será «Nessie»?
Los documentos gráficos, ¿pruebas o trucos?
Encontrar al extraño habitante del lago habilita cualquier esfuerzo. Fotógrafos y camarógrafos de toda Europa están en una latitud tan al norte como Oslo, la capital de Noruega. Tan lejos del Ecuador está el presunto hogar del monstruo.
El Centro del Lago Ness, un grupo histórico dedicado a «descubrir los misterios del lago», se asoció con un equipo de investigación voluntario local llamado Grupo de Exploración del Lago Ness para lanzar la búsqueda.
El lago Ness, en las tierras altas de Escocia. Entre Inverness y Puerto Augustus. ¿El hogar del monstruo a quien todos llaman «Nessie»?
El Centro del Lago Ness proporcionó a Fox News Digital los aspectos más destacados de la investigación, incluidos los cuatro sonidos «misteriosos» captados «desde las profundidades del lago». Mientras embarcaciones de todo tipo cruzaban en todos los sentidos posibles el lago, otros grupos recorrían el perímetro y se ayudaban con drones para «barrer» la zona por completo.
«Hemos recibido gente de todo el continente», dijo McKenna, repitiendo que los voluntarios viajaron desde Finlandia, España, Francia, Alemania y otros lugares para el operativo.
¿Cuántos años puede vivir un monstruo?
Esa es una pregunta que deja atónitos a los buscadores. Porque haciendo historia, nos podemos remontar al año 500 D.C. para tener los primeros informes sobre una «criatura extraña» en el lago. Este aspecto es lo que dispara varios interrogantes. Si es uno solo, ¿ya lleva vividos más de 1.500 años? No hay registro de ninguna especie que lo haya hecho o que pueda hacerlo. El récord para los científicos lo poseen unas almejas oceánicas, un molusco marino nativo del Atlántico Norte de solo 8 cm de largo. Su edad comprobada es 507 años. Tres veces menos que Nessie.
Y si como sería lógico suponer, si llevamos varias generaciones de monstruos ocupando el Lago Ness, ¿cómo nunca se vio una «familia» nadando en armonía? Los afortunados en cada época, ¿ven al único ejemplar que se muestra?
Un dato final de historia antigua y sigamos adelante. La historia del monstruo del Lago Ness se remonta al siglo VI, como ya dijimos, cuando documentos escritos afirman que el monje irlandés San Columba desterró una «bestia de agua» del río Ness. Y si lo «desterró», ¿a quién buscamos?
Esta es «la» foto. La tomó un hombre en 1934, en un fabuloso retrato de «Nessie». Su farsa sobrevivió hasta 1994
La prueba contundente o la farsa mejor guardada de la historia
La criatura ganó fama en 1933 cuando una fotografía mostraba una bestia con un cuello largo asomando la cabeza por encima de las aguas del lago. Lo más parecido a un brontosaurio que aprendió a nadar o, para otros, un plesiosaurio extraordinario. Los plesiosaurios eran unos bichos que tenían cuatro aletas, un cuerpo con un vientre voluminoso y un cuello largo que terminaba en una pequeña cabeza (en comparación con el largo de su cuerpo). Medía más de dos metros, pero se extinguió hace 175 millones de años. Difícil que nuestro «Nessie» tenga tan buena salud.
Pero el 12 de noviembre de 1933, el británico Hugh Gray asombró al mundo con su foto: ahí estaba el monstruo, nadando con su cuello fuera del agua y mirando para adelante como el periscopio de un Submarino. ¡Fotón!
Durante décadas, se mostró como prueba irrefutable de su existencia. Tanto que hasta moldeó las formas posibles de nuestro «Nahuelito», otro hábil bicho escurridizo en lagos fríos.
Sin embargo, en 1994, la ilusión se derrumbó. Y no fue un científico el que lo hizo, sino un poblador de la zona. Su nombre: Christian Spurling.
Ya convertido en un anciano, contó una verdad terrible. Fue él el autor de la foto y no el embustero de Gray. Aunque Spurling no era mucho más honesto. Para sacar la foto de «Nessie» usó todo su talento… para el fraude. El monstruo, en realidad, era un montaje hecho con una serpiente de madera y un submarino de juguete. Un revelado trucado dio el toque de gracia.
La foto de 1933 resultó un engaño, pero le dio forma definitiva al monstruo del Lago Ness
De todos modos, su marca quedó para siempre. Si «Nessie» existe, es imposible imaginarlo de otra forma.
Un lugar muy grande para buscar
El lago tiene, como dijimos, un perímetro de 110 kilómetros. La visibilidad se pierde a 9 m. de profundidad. Y su máximo pico en el lecho es de 226 metros. El lago es tan grande que podría contener todos los lagos interiores, ríos y reservorios de agua de Inglaterra y Gales juntas.
La excursión e incursión al Lago Ness más grande en medio siglo fue en búsqueda de una certeza. Pero «Nessie» es como Messi, son increíbles. Hasta suenan muy parecido.