El actual capitán de la Albiceleste debió prometer un fuerte cambio de hábitos para ser convocado.
La historia de Lionel Messi es digna de una película: desde su niñez a base de esfuerzo y superación hasta la consagración en Qatar 2022, cumpliendo su máximo sueño. Sin embargo, hay algunos protagonistas que suelen estar ocultos, aunque fueron trascendentales en su historia. Fabián Soldini fue el hombre que lo llevó al Barcelona y lo acompañó hasta su debut.
Cuando nadie confiaba en Leo y desde Newell’s habían decidido no seguir costeando su tratamiento para su déficit en el crecimiento, apareció Soldini. En una reunión con Jorge, el padre del crack que surgía de la Lepra, se hizo cargo de las vacunas y los aéreos hacia España.
Una vez allá, ya efectivo como el primer representante de Messi, estuvo muy cerca en sus primeros pasos dentro de la Masía. La selección española tentó en varias oportunidades al joven rosarino, pero siempre la rechazó porque deseaba jugar con la camiseta de su país, la albiceleste.
Tal es así que la pequeña estrella debió dejar su vicio: la Coca-Cola. Soldini le propuso “dejar la Coca hasta que llamen de la Selección”. Y así fue. Leo se comprometió, según contó en el medio Jot Down, aunque no fue como esperaban: “Pensé que iba a ser rápido, tenía quince años, pero estuvo mucho tiempo sin tomar”.
El representante explicó que la Albiceleste no lo tenía en cuenta a Messi y que la frustración se acumulaba, ya que recién pudo debutar en el 2004 contra Paraguay y en 2005 ante Hungría con la mayor.