Si el helado de pistacho consiguió público entre los más audaces de la gastronomía porteña hace años, era de esperarse que aparecieran otras variantes igualmente gustosas y para nada convencionales a la hora de preparar postres anti calor.
El chocolate y el dulce de leche le dejaron espacio de a poco a los sabores de frutos rojos, como el de cassis de la cadena Jauja, al helado almendrado de El Fundador, y más recientemente al helado de Nucrem, que es una versión del postre de maní de Georgalos hecho por la heladería Chungo.
Así como proliferaron los gustos para los amantes de los frutos rojos y los frutos secos también surgieron variantes más cercanas al paladar goloso como la paleta de chocolate blanco y yuyos del norte con chocolate acompañada con merenguitos de huacatay de la La Mar Cebichería.
El restaurante de cocina peruana ubicado en Palermo agregó dos postres helados más a su carta: el de queso helado, que lleva leche hervida, canela y coco, y la paleta de lúcuma, que es una fruta tropical andina, o la de maíz morado y frutos rojos, que sigue la tradición culinaria de Perú.
Como si alguien nos hubiese leído la mente -y el estómago, siempre tan nostálgico- las paletas hicieron su gran regreso esta temporada con una versión inspirada en el chocolatín Kinder cortesía de la heladería El Podio, que también tiene los sabores clásicos.