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Los riesgos ocultos del agua embotellada: ¿por qué los científicos aconsejan evitar su consumo?

A pesar de la percepción de que el agua embotellada es más pura y segura, estudios recientes alertan sobre los riesgos invisibles que conlleva su consumo. Contaminación por plásticos, microplásticos, y productos químicos como el BPA son solo algunos de los peligros que acechan en cada botella.

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¿Por qué el agua embotellada puede no ser tan segura como pensamos?

El agua embotellada, considerada por muchos como una alternativa más segura y confiable al agua de cañería, ha sido puesta en tela de juicio por un reciente informe publicado en la revista BMJ Global Health. El estudio, realizado por investigadores de Weill Cornell Medicine – Qatar y el New York Medical College, destaca que el consumo de agua embotellada podría ser más perjudicial de lo que se cree, tanto para la salud humana como para el medio ambiente.

A nivel mundial, alrededor de 2.000 millones de personas dependen del agua embotellada debido a la falta de acceso a agua potable segura. Sin embargo, en regiones donde el agua de cañería es accesible y se somete a rigurosos controles de calidad, el agua embotellada suele ser vista como una opción conveniente, impulsada por una percepción de mayor seguridad, que en muchos casos es más un producto del marketing que una realidad.

El problema oculto: microplásticos y productos químicos 

Los científicos han identificado varios riesgos asociados al agua embotellada, siendo uno de los más preocupantes la presencia de microplásticos. Estos diminutos fragmentos de plástico, a menudo invisibles a simple vista, pueden ingresar al cuerpo humano a través del agua, aunque las consecuencias a largo plazo de su consumo aún son inciertas. Sin embargo, algunos estudios sugieren que la acumulación de microplásticos puede tener efectos negativos sobre el sistema inmunológico y el metabolismo.

 

Otro factor crítico es la contaminación por químicos como el bisfenol A (BPA) y los ftalatos, que se encuentran comúnmente en las botellas de plástico. Estas sustancias, especialmente cuando las botellas son expuestas al calor o la luz solar, pueden transferirse al agua, lo que representa un riesgo para la salud. El BPA, por ejemplo, ha sido relacionado con trastornos hormonales y problemas reproductivos.

¿Es mejor el agua de cañería?

Contrario a la creencia popular, el agua de cañería en muchas partes del mundo pasa por estrictos controles de calidad, lo que la convierte en una alternativa segura y confiable. Si bien la calidad del agua puede variar según la ubicación, en las regiones donde se aplican altos estándares de regulación, el agua de cañería es una opción tan buena como, o incluso mejor que, el agua embotellada. Además, optar por el agua de cañería no solo es más económico, sino que también reduce la huella de carbono y disminuye la cantidad de desechos plásticos.

Una opción más sostenible y económica

Los especialistas recomiendan una alternativa más ecológica y económica al agua embotellada: los filtros domésticos. Invertir en un sistema de filtrado de agua puede garantizar una calidad excelente, eliminando impurezas, y al mismo tiempo, evitar el consumo de plásticos de un solo uso. Los filtros de agua no solo mejoran el sabor y la calidad del agua, sino que también representan una solución más sostenible a largo plazo.

Conclusión: repensando el consumo de agua embotellada

En resumen, aunque el agua embotellada pueda parecer una opción segura, los riesgos ocultos asociados a la contaminación por microplásticos, productos químicos y su impacto ambiental la convierten en una alternativa poco recomendable, especialmente para aquellos que tienen acceso a agua de cañería segura. En su lugar, optar por agua filtrada o de cañería puede ser una elección más saludable y responsable con el medio ambiente.

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