Se la vincula con cambios de conducta y con la falta de sueño, qué dice la evidencia científica.
Mucho se ha dicho -y escrito- a lo largo de la historia sobre los efectos de la Luna. Y, en especial, cuando se encuentra en su fase llena.
La Luna llena es la fase en la que nuestro satélite natural se presenta en su máximo esplendor: se lo ve redondo y brillante, ya que refleja completamente la luz del Sol.
Este fenómeno se da cada 29,5 días, lo que coincidiría -aunque no de manera exacta- con la duración promedio del ciclo menstrual femenino. Algo que, durante mucho tiempo, impulsó la falsa creencia de que el ciclo lunar y el femenino estaban sincronizados.
Además, si bien algunas investigaciones sugieren que la Luna podría tener algún impacto sobre ciertos aspectos de la salud -como el parto, por ejemplo-, la mayoría de los estudios realizados no han encontrado ningún tipo de conexión.
Repasemos, entonces, mitos y verdades sobre un tema que apasiona a la humanidad desde tiempos remotos.
Cuáles son los efectos de la Luna llena sobre el comportamiento humano
Las creencias populares sobre la Luna llena sostienen que genera euforia y excesos; y que «caldea» los ánimos de las personas.
Pero todo esto, como adelantamos, carece de respaldo científico, a pesar de la gran fascinación cultural que existe por esta fase lunar.
Las creencias populares sobre que la Luna llena sostienen que genera euforia y excesos.
Entonces, ¿qué es lo que ocurre? «El sesgo de confirmación, que es la tendencia a centrarse en información que respalda lo que ya creemos, puede ayudar a explicar por qué afirmamos notar cambios en la salud y el comportamiento durante la Luna llena», explica un artículo de Medical News Today.
¿La Luna llena afecta el sueño?
Una creencia muy extendida asegura que la Luna llena afecta el sueño, lo que a su vez podría afectar los niveles de energía que tenemos durante el día.
¿Mito o realidad? Aquí podría estar la respuesta. Es que antes de que existiera de la iluminación artificial, la Luna llena era una fuente importante de luz nocturna.
En este sentido, detallan en la nota citada, un estudio de 2021 afirma que durante gran parte de la historia de la humanidad se realizaban más actividades durante las noches de Luna llena, lo que podría haber sincronizado actividades y niveles de energía con esta fase lunar.
Esto podría deberse a que una mayor luz (en este caso proveniente de la Luna) permitía poder seguir trabajando o participando en otras actividades más tarde por la noche.
Así, podría existir alguna evidencia que confirmara que la Luna llena mantiene a la gente despierta por más tiempo.
El estudio investigó los efectos del ciclo lunar en grupos que residen en entornos rurales sin electricidad, en comunidades indígenas y en entornos urbanos.
Al utilizar monitores de sueño, los investigadores descubrieron que el sueño comenzaba más tarde y que no duraba tanto en las noches previas a la Luna llena.
Este fenómeno probablemente ocurre porque la Luna llena es la fase lunar más brillante y refleja más luz del Sol hacia la Tierra. Aunque esta luz es más débil que la luz solar directa, la exposición aún puede hacer que las personas se sientan más despiertas por la noche.
Algunos creen que la Luna llena afecta el sueño.
¿La Luna llena tiene influencia sobre la salud mental?
Son muchos los que afirman -y sienten- que la Luna llena afecta su estado de ánimo, pero las investigaciones realizadas hasta el momento no respaldan esta afirmación.
Un estudio que se realizó antes de 1985, por ejemplo, no halló ningún vínculo entre las fases de la Luna y las admisiones a hospitales por motivos de salud mental.
También demostró que las fases de la Luna explicaban menos del 1% de las diferencias en las tasas de admisión por motivos de salud mental.
Más recientemente, detalla Medical News Today, un estudio de 2019 sobre 17.966 personas que buscaron atención de salud mental en un entorno hospitalario no encontró conexión entre las admisiones, las altas y las fases de la Luna.
Asimismo, admiten, es posible que la Luna llena afecte el estado de ánimo de maneras más sutiles y más difíciles de medir.
Incluso, quienes lo manifiestan son vulnerables al sesgo de confirmación, ya que las personas que creen que la Luna afecta el estado de ánimo tienen más probabilidades de monitorear y observar sus cambios de humor.
