Desde que se aplicó el nuevo Código Civil de la Nación, en agosto de 2015, el único límite para poner nombre a un hijo es la «extravagancia». A pesar de esa amplitud, «volvieron los clásicos» en cuanto a los nombres más elegidos en Capital y provincia de Buenos Aires.
Hay sorpresas. Al igual que en el ranking de los menos elegidos.
El nuevo Código Civil anuló la ley 18.248, que prohibía inscribir a una persona con un nombre que suscite “equívocos respecto del sexo”. Los varones hoy pueden llevar nombre de mujer y viceversa.
Desde que se aplicó el nuevo Código Civil de la Nación, en agosto de 2015, el único límite para poner nombre a un hijo es la «extravagancia». A pesar de esa amplitud, «volvieron los clásicos» en cuanto a los nombres más elegidos en Capital y provincia de Buenos Aires.
Hay sorpresas. Al igual que en el ranking de los menos elegidos.
El nuevo Código Civil anuló la ley 18.248, que prohibía inscribir a una persona con un nombre que suscite “equívocos respecto del sexo”. Los varones hoy pueden llevar nombre de mujer y viceversa.
Según el listado al que accedió Clarín desde el organismo que depende del Ministerio de Gobierno Porteño, los más elegidos en la Ciudad son Benjamín, con 3.001 bebés así anotados, Sofía, 2.805 (encabeza el ránking desde 2010), Martina, 2.118, Mateo, 2.087, Bautista, 2.042, Isabella -que creció en los últimos meses en simultáneo al nacimiento de la hija menor de Wanda Nara-, 1.941, Felipe 1.879, Catalina, 1.843, Emma, 1.792, Valentina, 1.629, Santiago, 1.611, Santino, 1.601, Olivia, 1.512, Valentino, 1.496, Delfina, 1.451 y Alma, 1.431.
Contra todos los pronósticos, el hiperclásico Juan está en el 2° puesto, con 2.171, y Thiago -que tuvo un boom por el hijo mayor de Lionel Messi- cayó al puesto 6 entre los más elegidos, cuando en 2015 llegó al ser el N°1.
Desde la otra punta, otra sorpresa es que desde ese año hasta hoy hubo un sólo Dylan anotado en la Ciudad, y fue un nombre predilecto años anteriores.
En Provincia, desde 2016 hasta mayo de 2017, Benjamín fue el más elegido en 12 de las 21 zonas analizadas y la «perlita» es que Noa y su versión Noah -que tomó popularidad por el hijo mayor de Luisana Lopilato y Michael Bublé- fue el N°1 en dos zonas de registro.
Según explicaron a Clarín desde el Registro de las Personas de Provincia, Francisco -que explotó al momento de la asunción de Jorge Bergoglio como Papa- no estuvo en el primer puesto en ninguna de las zonas. Sólo llegó al segundo lugar en localidades como Campana, Escobar, General Rodriguez y Luján. Thiago siguió a Benjamín en el promedio general y luego, Ciro.
Benicio y Bautista -como dos de los tres hijos de Pampita y Benjamín Vicuña- marcaron presencia entre los más elegidos de Provincia y lideraron en la zona que incluye Loberia, Necochea, San Cayetano y Tres Arroyos.
Para las mujeres, en cambio, Francesca y Franchesca -como la primera hija de Mauro Icardi y Wanda Nara- lideraron en Provincia. En la zona de Bahía Blanca, Carmen de Patagones y Monte Hermoso, entre la mayoría de las bebas anotadas figuró el mismo nombre pero en la versión Franccesca.
Antecedentes
Un cordobés tuvo que esperar casi 50 años para que su nombre sea legal en Argentina.
En 1970, Daniel y Norma Sittoni fueron al Registro Civil de Carlos Paz a anotarlo con el nombre que soñaron para su hijo. La legislación no se los permitió, iniciaron una demanda que ganaron pero al poco tiempo la Justicia se retractó.
El bebé se terminó llamando Rodolfo. Pero era Thor.
Hoy su nombre linkea directamente a un superhéroe de Marvel. Hace 47 años, al dios nórdico del trueno. No era el capricho de una pareja, era el nombre de su padrino noruego.
Thor, que es abogado, recién logró el 8 de junio de este año que un juez civil acepte su requisitoria y le permita llamarse como siempre quiso: en su DNI y en su diploma de abogado.
El caso inverso fue el de M.S.S, en Rosario, que padeció toda su infancia y adolescencia el nombre que le pusieron de bebé.
También en los primeros días de junio, con 28 años, recibió el aval de la jueza Marisa Malvestiti, del Juzgado Civil y Comercial Nº 3, para dejar atrás ese pasado de bullying.
El hombre no tenía bienes a su nombre, ni obra social, ni trabajo en blanco. Todo para no tener que mostrar el DNI, la jueza autorizó el cambio por «situaciones traumáticas» a lo largo de su vida.