Por Oscar Farías
En julio de 2019 los números oficiales decían que en la Argentina faltaban 3,5 millones de viviendas. Según las fuentes privadas ese número superaba los 4 millones. Es decir 1/3 de la población sin techo, algo así como 18 millones de personas sin casa propia.
En 2017, según el Registro de Tierras Rurales, 62 millones de hectáreas de la Argentina, es decir el 35% del territorio Nacional figuran como propiedad de 1.250 familias.
La falta de vivienda favorece la desintegración de la familiar y no aseguran una vida digna. En los últimos 4 años, para afrontar el creciente déficit habitacional las provincias han adaptado las políticas de vivienda a sus presupuestos locales y no han podido dar respuestas habitacionales. Esto ha dado como resultado procesos de urbanización poco sostenibles en el largo plazo, por un lado, y el aumento de las desigualdades entre los distritos ricos y pobres, por el otro.
En Junín, la política de viviendas ha sido desastrosa. Petrecca en cinco años no ha levantado ni siquiera una pieza con cocina, le ha dado la espalda a los sin techos y ha sido insensible con los asentamientos en nuestro distrito, también, nunca se preocupó de gestionar créditos de viviendas para la clase media ante la ex gobernadora, que culminó su mandato sin levantar un solo ladrillo en Junín.
Este gobierno de colación popular ya se prepara para contemplar a nuestra ciudad para urbanizar los barrios populares.
Urge entonces un plan masivo de viviendas en todo el territorio nacional que no se soluciona con levantar 50 mil viviendas, ya vemos por los números expuestos que representan una hormiga en un gigantesco hormiguero.
Acampe en la Plaza Principal de Junín, nunca fueron atendidos
Esta problemática de construcción, se suma la urbanización de 4.500 barrios populares en todo el país que precisan de una acción rápida y eficiente, es por eso que por decreto del Gobierno nacional se transfirió el Renabap del ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat, de María Eugenia Bielsa, al ministerio de Desarrollo Social, de Daniel Arroyo.
Dentro de la transferencia se contempla la entrega de un fideicomiso por 8.800 millones de pesos y en Desarrollo esperan que se destine el 15% del aporte extraordinario de las grandes fortunas del país para las urbanizaciones barriales, que contemplará la apertura de calles para reemplazar los “pasillos”, el desarrollo de infraestructura de los servicios básicos, como cloacas, luz, agua y la red de gas. Establecer espacios públicos y el mejoramiento de las viviendas ya existentes.
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