El papa Francisco aseguró que «en las villas hay más solidaridad que en otros barrios», al tiempo que destacó que en en Argentina «el diálogo interreligioso es la norma» por la gran cantidad de inmigrantes.
«Cuento mi experiencia en Buenos Aires. En las villas miserias hay más solidaridad que en los barrios del centro. En las villas hay muchos problemas, pero a menudo los pobres son más solidarios entre ellos, porque sienten que se necesitan unos a otros»,
aseguró el Pontífice en una entrevista con la revista de los sin techo de Milán, «Scarp de tenis» (zapatos de tenis), en la víspera de la visita que hará a la ciudad del norte italiano el 25 de marzo.
«Encontré más egoísmo en otros barrios, no quiero decir ricos porque sería calificar descalificando, pero la solidaridad que se ve en los barrios pobres y en las villas no se ve en otra parte, incluso si la vida es más complicada y difícil», aseveró el Obispo de Roma en el diálogo publicado este martes.
«En las villas, por ejemplo, la droga se ve más, pero solo porque en los otros barrios está más cubierta y se usa con guantes blancos», denunció Francisco, que repitió con el medio milanés las experiencias que ya había hecho con la revista argentina «Carcova News» y con la revista callejera holandesa «Straatnews».
En otro de los pasajes del dialogo consultado por se sentimiento como «hijo de migrante», el Pontífice destacó: en Argentina somos todos migrantes».
«Por esto el diálogo interreligioso es una norma. En la escuela eran judíos, que llegaban en su mayoría de Rusia, musulmanes sirios y libaneses, o turcos con el pasaporte de Imperio Otomano. Había mucha fraternidad», recordó el Pontífice.
«En el país hay un número limitado de indígenas, la mayor parte de la población es de origen italiano, español, polaco, de Medio Oriente, ruso, alemán, esloveno. En los años de los últimos dos siglos el fenómeno migratorio ha sido de gran envergadura. Mi papá tenía veinte años cuando llegó a Argentina y trabajaba allá en el Banco de Italia, se casó allá», recordó.