Aunque la pelota de tenis es parte esencial del deporte, su color exacto sigue siendo motivo de discusión. ¿Es amarilla, verde, o depende de cómo la miremos? Factores visuales, técnicos e históricos alimentan una polémica que llegó a las redes, a los medios y hasta a Roger Federer.
Pelota de tenis: ¿es amarilla o verde? El debate viral que ni Federer logró cerrar
Puede parecer una pregunta sencilla, pero la respuesta no lo es: ¿de qué color es realmente la pelota de tenis? A pesar de ser un elemento esencial en cada partido, desde el circuito profesional hasta los encuentros amateurs, el tono de esta esfera recubierta de fieltro genera una discusión que va mucho más allá de lo deportivo.
El disparador fue un posteo en redes sociales —en X, ex Twitter— donde un usuario pedía ayuda para resolver una disputa doméstica sobre el color de una pelota de tenis. La consigna, simple pero intrigante, explotó en internet y se convirtió en un fenómeno viral. Medios internacionales como The Atlantic y CNN se hicieron eco, sumando análisis científicos sobre la percepción del color y la influencia del contexto.
La polémica llegó incluso al suizo Roger Federer, quien zanjó el asunto con una frase tan breve como contundente: “Son amarillas, ¿verdad?”. Pero ni siquiera una leyenda del tenis pudo ponerle punto final a la discusión.
El origen del color de la pelota de tenis
Las primeras pelotas eran blancas o negras, fabricadas con corcho, lana o incluso pelo humano. Recién en 1972, la Federación Internacional de Tenis (ITF) introdujo el amarillo óptico como color oficial, tras comprobar que la visibilidad en las nuevas transmisiones televisivas a color mejoraba notablemente con ese tono.
Sin embargo, el tradicional torneo de Wimbledon resistió el cambio durante 14 años y no adoptó la pelota amarilla hasta 1986, defendiendo su apego a las raíces del tenis.
¿Amarilla, verde o amarillo fluorescente?
La ITF define oficialmente el tono como «amarillo óptico», pero este término ha generado más confusión que certezas. En sitios especializados como ColorHexa, ese color se asocia con el código #ccff00, descrito como amarillo fluorescente o incluso “verde neón” por algunos usuarios.
Y ahí está el meollo del debate: dependiendo de la iluminación, el contraste con la superficie y las condiciones de visión de cada persona, una misma pelota puede parecer verde lima, amarilla fosforescente o cualquier matiz intermedio. En otras palabras, el color puede ser objetivo en la teoría, pero subjetivo en la práctica.
Opiniones desde la cancha y la industria
Además de Federer, otros referentes del tenis y la industria también opinaron. Steve Morris, gerente de producto de la empresa Penn, explicó que las pelotas blancas todavía se producen, pero en pequeñas cantidades, para coleccionistas y nostálgicos.
Por su parte, el excampeón estadounidense Grant Golden descartó rotundamente un regreso del blanco: “La pelota amarilla es perfecta. Cualquier otra cosa sería un retroceso”.
En definitiva, aunque la pelota de tenis fue diseñada para ser altamente visible, su color sigue siendo motivo de debate cultural, visual y hasta emocional. Y es que, a veces, lo que parece obvio… depende de los ojos con que se mire.