Ayer el cielo de gran parte de Inglaterra se cubrió por una inusual capa de color naranja. Este fenómeno se debió al polvo del desierto de Sáhara que arrastró consigo el huracán Ofelia, la tormenta que comenzó como huracán en las islas Azores y que luego golpeó la costa sur de Irlanda con ráfagas de 160 kilómetros por hora.
Ofelia
Ayer la tormenta Ofelia causó tres muertos, dejó 360.000 personas sin electricidad y obligó a cerrar todas las escuelas del país, que hoy tampoco abrirán sus puertas.
Ofelia, el mayor huracán jamás registrado en el este del océano Atlántico y en el extremo norte desde 1939, fue degradado a tormenta antes de que alcanzara la costa irlandesa, pero aún así provocó muchos incidentes.
Tocó tierra en la costa sur de Irlanda con ráfagas de casi 160 kilómetros por hora. Escocia podría registrar intensas lluvias y ráfagas de hasta 113 kmh , según la oficina británica de meteorología, aunque los vientos irían perdiendo fuerza a lo largo del día.
Por otro lado, un hombre perdió la vida en un accidente cuando estaba apartando un árbol que había caído con una motosierra cerca de Cahir, en el sur, y se autolesionó con la herramienta.
«Todos los clientes impactados por los cortes deberían prepararse para estar sin electricidad varios días», indicó el servicio de electricidad. «Entre el 5 y el 10% de esta gente no tendrá electricidad en los próximos diez días».
El aeropuerto de Dublin suprimió 135 vuelos y el de Cork, la mayoría, a causa de la peor tormenta jamás vista en sus 56 años de historia, indicó el aeródromo.
«Quédense dentro de donde estén hasta que la tormenta haya pasado», pidió el primer ministro, Leo Varadkar, en unas declaraciones ante periodistas, recalcando que se trataba de una «emergencia nacional y una alerta roja».