Android es sin lugar a duda una de los desarrollos más importantes de los últimos años. Está en millones de celulares, televisores, relojes y prácticamente cualquier dispositivo que pueda imaginarse.
El problema es que ningún teléfono con este sistema operativo puede compararse con el iPhone y su ecosistema. ¿Por qué? Porque Apple fabrica su propio hardware, como es el caso del nuevo procesador del iPhone, llamado A11 Bionic, o el recién estrenado chip gráfico.
Al hacer esto, puede exprimir las capacidades de sus creaciones al máximo. No es lo mismo desarrollar un sistema operativo para miles de dispositivos como es Android que desarrollar uno para pocos como es iOS.
Google hace tiempo se quiere meter en la creación de sus propios teléfonos. Lo demostró hace años con la adquisición de Motorola, que tiempo después vendió a Lenovo. Ahora volvió a hacerlo cuando al comprar la división de desarrollo de smartphones de HTC por US$1.100 millones.
Esto le permitirá a Google lograr que sus propios teléfonos, los Pixel, puedan ser desarrollados a medida para Android y así poder aprovechar sus capacidades al máximo sin tener que hacer acuerdos con terceros.
La única manera de poder ocupar el lugar de Apple es no solo desarrollar tu software, sino también fabricar tu hardware. Google lo sabe y va por el buen camino.
