Muchos niños se muestran irritables o hacen berrinches solo con su madre, y lejos de ser algo negativo, la psicología infantil lo interpreta como una señal de apego seguro. Te contamos qué significa este comportamiento y cómo acompañarlo con empatía.
Por qué los nenes se enojan más con su mamá, según la psicología
Es una escena común en muchas familias: un niño que durante el día se comporta de forma tranquila en la escuela o con otros adultos, pero al llegar a casa explota emocionalmente con su mamá. Aparecen los gritos, los berrinches y una sensibilidad extrema que puede desconcertar a cualquier madre. Aunque parezca contradictorio, la psicología tiene una explicación que puede llevar alivio.
¿Por qué los chicos se enojan más con su madre?
Según la psicóloga clínica Heather Wittenberg, especializada en desarrollo infantil, esta conducta es una manifestación del apego seguro. Es decir, el niño se siente emocionalmente protegido con su mamá, lo que le permite expresar sin filtros todas las emociones que ha reprimido durante el día.
Este vínculo de confianza es tan fuerte que el niño sabe, inconscientemente, que su madre estará ahí sin importar qué. Por eso, en lugar de ser una falta de respeto, el desborde emocional puede interpretarse como un acto de confianza y amor.
La madre como refugio emocional
Durante el día, los niños enfrentan situaciones que los obligan a adaptarse, callar o controlar sus emociones: en la escuela, con otros adultos o entre sus pares. Al regresar a casa, y al encontrarse con su principal figura de apego, liberan la tensión acumulada. Es un proceso inconsciente, pero muy frecuente en la infancia.
Lejos de ser un signo de mal comportamiento, los berrinches con la madre pueden ser una manera de decir: “acá me siento lo suficientemente seguro como para mostrar todo lo que me pasa”.
Cómo acompañar estas emociones desde la crianza
La psicología recomienda responder con firmeza y empatía. Frases como:
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“Veo que estás muy frustrado”
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“Entiendo que estés enojado”
ayudan a validar lo que el niño siente sin ceder a todas sus demandas. También es clave establecer límites claros, enseñando que enojarse es válido, pero sin dañar ni dañarse.
La idea no es evitar el enojo, sino acompañarlo y guiarlo con amor. Este enfoque fortalece el vínculo y ayuda al niño a desarrollar herramientas emocionales sanas.
¿Cuándo consultar con un profesional?
Si bien este tipo de comportamiento es normal y frecuente, si los estallidos emocionales son muy intensos o se repiten a diario, puede ser útil consultar con un especialista en infancia para recibir orientación personalizada.
En la mayoría de los casos, estas reacciones forman parte del desarrollo emocional infantil y tienden a disminuir a medida que el niño madura y adquiere más recursos para gestionar lo que siente.
Conclusión: una señal de amor, no de rebeldía
En definitiva, cuando un niño se enoja solo con su mamá, no significa que haya un problema en el vínculo. Al contrario: muchas veces es una muestra de que esa mamá es su refugio emocional. En ella, el niño encuentra el espacio donde puede ser auténtico, vulnerable y libre.