Practica la mentalidad ‘Lagom’ para ser más feliz.
La filosofía sueca del lagom te anima a sacar más partido a la vida con la cantidad justa de todo. Se trata de hacer lo que es absolutamente esencial y de saber cuándo parar.
Con su virtud de moderación y equilibrio fue coronada hace unos años como la “palabra de moda” por diversas publicaciones como Vogue y ELLE.
Para Lola Akinmade Åkerström, escritora y fotógrafa afincada en Estocolmo, el espíritu sueco de lagomes lo que realmente define el estilo de vida escandinavo.
“No es sólo una palabra, sino la esencia de lo que significa ser sueco y vivir como tal”, escribe Åkerström en su libro “Lagom, el secreto sueco de la buena vida”.
“Impregna profundamente la sociedad y el lenguaje suecos, desde el trabajo y la familia hasta la decoración del hogar, la comida, el cuidado del medio ambiente, las finanzas y mucho más”, explica Åkerström en una entrevista con “Forbes”.
“Para mí, lagom significa en realidad la mejor solución, no la perfecta, en cualquier contexto para crear equilibrio. Me atrevería a decir que es la raíz de la mentalidad sueca”, agrega.
Según Niels Eék, cofundador y psicólogo de la aplicación de bienestar Remente, es lógico que lagom esté calando entre la gente de todo el mundo.
“Por un lado, somos excesivos en nuestros hábitos de trabajo, relaciones y caprichos. Por otro, se nos aconseja limitarnos probando una nueva dieta de moda o una desintoxicación de moda”, explica.
“En un mundo de contrastes y consejos contradictorios, lagom da en el clavo: permite a la gente disfrutar, pero mantenerse sana y contenta al mismo tiempo”.
Origen de la palabra
Etimológicamente, la palabra lagom es una forma nórdica antigua de la palabra “ley”, y también significa “equipo” en sueco.
Pero culturalmente, sus raíces se remontan a los tiempos de los vikingos, cuando se reunían alrededor del fuego tras un duro día de trabajo y se pasaban cuernos llenos de hidromiel, una bebida fermentada con miel.
Se esperaba que cada uno bebiera lo justo para que los demás también tuvieran suficiente. Este “laget om” (“sentarse alrededor del equipo”) se ha acortado a “lagom” a lo largo de los siglos.
Es un concepto complicado de traducir, porque muta, cambiando de significado en diferentes situaciones y dentro de diversos contextos.
Puede significar “apropiado” en el ámbito social, “moderación” en la comida, “menos es más” en la decoración de interiores, “atención plena” en el bienestar, “sostenibilidad” en el estilo de vida y “lógica” en los negocios. Todo ello conlleva una connotación de toma de decisiones óptima.
Pero sobre todo conlleva tomar en todo momento la decisión que sea la mejor para ti o para el grupo en el que te encuentres.
“Piensa en lagom como una balanza imaginaria que siempre necesita equilibrarse. Demasiado poco estresa la balanza, demasiado estresa la balanza, así que una mentalidad lagom intenta eliminar el estrés para mantener siempre esa balanza equilibrada. Los hábitos sostenibles que pueden mantenerse a diario son la clave para mantener ese equilibrio”, explica Akinmade Åkerström.
Ser lagom también significa ser moderado en personalidad, opiniones y política. Los suecos, por regla general, odian discrepar, incluso durante un debate en una cena, algo que resulta increíblemente frustrante en otras culturas en las que exaltarse es señal de compromiso, señal de que te importa.
Cuando a los niños suecos se les dice “skratta lagom”, o a los adolescentes “lagom kul”, no significa “ríete a gusto”, o “diviértete un poco”, sino “no te rías demasiado”, o “no te pases de la raya”.
Cómo se aplica en el día a día
Si se sigue la máxima de hacer todo de manera apropiada es fácil entender cómo funciona esta filosofía en las distintas situaciones cotidianas.
Por ejemplo, trabajar demasiado es una antítesis de lagom, así que una forma muy rápida de aplicar el concepto en el trabajo es hacer pausas regulares.
En Suecia, tomarse un descanso con un café y quizás un dulce con los compañeros de trabajo tiene incluso un nombre: “fika” y se suele hacer durante un par de veces durante la jornada laboral. Te ayuda a recalibrar el día para no trabajar demasiado.
También la mentalidad lagom implica planificar y buscar siempre el consenso para minimizar los conflictos y enfrentamientos laborales.
En casa, el lagom trata de desestresarnos, así que todo lo que no sea funcional o no tenga un fuerte valor emocional está ocupando espacio en el hogar.
Se trata de crear un hogar cálido, acogedor, con objetos que sólo te produzcan bienestar o felicidad porque te traigan recuerdos, por ejemplo.
Deshacerte de las cosas innecesarias para evitar habitaciones atiborradas.
Lo mismo ocurre con la comida. Lagom quiere que tengas hábitos alimentarios saludables que puedas mantener cómodamente.
Alimentarse con un consumo sostenible, ético y local, con productos frescos y de temporada. Reutilizar las sobras. Un ejemplo de ello es la receta de pyttipanna, que tradicionalmente se hace con los restos de comidas anteriores.
Asimismo, implica consumir de manera consciente con un enfoque meticuloso del empleo del dinero, evitando incurrir en gastos inútiles.
Eso no quiere decir que se restrinja a la hora de invertir: de hecho, la filosofía defiende que más vale gastar en algo bueno y duradero -como una prenda de ropa de calidad- que en algo asequible y mal hecho.
“Creo que lo bonito de este estilo de vida es que podemos elegir las mejores partes para aplicarlas y mezclarlas con nuestras propias culturas. Por ejemplo, en mi propia vida, me he convertido en una mejor oyente al hablar menos y compartir sólo la información relevante”, declara Åkerström.
“En cuanto al bienestar, he aprendido a decir no más a menudo y, lo que es más importante, a no sentirme culpable por ello”, agrega.
Cada persona tiene su lagom
La belleza de lagom es que se trata de una mentalidad y no sólo de un conjunto específico de acciones a seguir.
Lagom quiere que encontremos nuestro propio equilibrio y puntos felices en nuestra vida para sentirnos cómodos. No hay un hábito específico y mi lagom no va a ser tu lagom.
Si nos centramos primero en nuestras necesidades y las satisfacemos al máximo con la mejor calidad que podamos permitirnos, ya estamos sentando las bases de la satisfacción en nuestras vidas.
Como el lagom de una persona no es exactamente igual al de otra, puede manifestarse un lado negativo del lagom dentro de los grupos.
Esto hace que las personas se conformen para garantizar la armonía y no aporten sus niveles individuales de lagom al grupo para evitar causar celos y generar resentimiento.
Lagom quiere empujarnos a un espacio de satisfacción individual al tiempo que crea armonía dentro de los grupos.
“Lagom nos enseña a evitar tanto el exceso como la limitación extrema, lo que nos permite comprender mejor lo que nos hace felices y lo que funciona para nuestro propio y único bienestar mental”, afirma Eék.
“Al adoptar una mentalidad lagom, nos enseñamos a nosotros mismos a evitar los extremos del estado de ánimo o de los sentimientos”.
Así que la próxima vez que viajes por Suecia y te encuentres con largos ratos de silencio y respuestas mesuradas, lo más probable es que no tenga absolutamente nada que ver contigo y te hayas encontrado con lagom en acción.