PELOS EN LA LENGUA
¿Cuánto callaste teniendo ganas de gritar?
¿Cuántas palabras quedaron enredadas en los” pelos” de tu lengua?
¿Cuánto tiempo creyendo que en “boca cerrada no entran moscas”?
Te lo dijeron tantas veces que lo asumiste, lo hiciste parte de vos y te resguardaste en el silencio, sin entenderlo demasiado, igual callaste
Caíste en tu propia catástrofe existencial, porque las moscas no entraron en tu boca, pero se instalaron en tu alma, y aplastaron tu deseo de decir ¡basta!
… Y no lo dijiste
No siempre la solución es callar, a veces el remedio está en la palabra
Por eso: ¿se tiene que decir? Pues ¡se dice ¡ Que las heridas no abran en tu garganta una grieta incurable
Debes saber que no se puede resistir en la omisión, atragantándose con palabras hechas sentimientos, como moscas de verano, molestas, y que revolotean constantemente en la mierda
Hay que hablar, no solo para que te escuchen, sino para escucharte, para dar crédito a tu voz, para entenderte, para re-conocerte en eso que hiciste como te salió, cómo pudiste, porque los super héroes son de cómics, los mortales somos seres “apalabrados”, necesitamos “decir”
Decir lo que sentimos, expresar nuestros derechos, opiniones, ideas, necesidades y sentimientos de forma consciente, clara, honesta
Decir lo que hicimos, no para vanagloriarnos, si para re-conocernos
Decir lo que vemos, porque no todos vemos igual, y la mirada propia también vale
Decir basta, como límite saludable para uno mismo y para los demás
Decir “no”, no te hará mala persona
Decir “si” sin avergonzarte
Decir , pero sin decir lo que los demás esperan que digas, decir desde vos, desde lo más profundo de tu ser, desde tu verdad, que no es nada más y nada menos que tuya, los demás no tienen por qué creerla o aceptarla
Digo luego existo
Sin culpa de lo que digo, siendo dueña de mis silencios y empoderada de mis palabras
Es vivir en libertad, porque la palabra escrita o verbal nos hace libres, es una herramienta fundamental para el comienzo de un cambio en nuestro universo, una especie de llave maestra capaz de cerrar y abrir etapas, una condición humana que nos constituye
La palabra nos estructura. Acomoda el cuerpo y el alma. Nos organiza como una coreografía existencial
Por eso:
No te quedes en el silencio tóxico, con el aleteo de las moscas dentro de tuyo
No te quedes con el ¿Por qué no lo dije? Apretándote la garganta hasta hacerte saltar las lágrimas
No te quedes con la boca llena, se retorcerán las tripas cuando tragues, y te causará indigestión.
Hay que afeitarse la lengua, con la navaja del amor propio, quererse, no es odiar al otro, es respetarse uno mismo para poder respetar al prójimo y amarlo
Pero ojo, que tu libertad de expresión no termine condenando o lastimando a nadie, hay que ser cuidadoso con lo que se dice, sin “pelos en la lengua” si, pero intuitivos y empáticos
Y a los que dicen que debes callarte…
¡Que no te jodan la vida, la lengua no tiene pelos!
por Isabel Muñoz Marcos
