“Si sufrís violencia de género llamá a la línea 144” es el mensaje que más escuchamos o leemos en los medios cuando se trata el tema. Pero esta herramienta, que pareciera estar al alcance de la mano de cualquiera y salva vidas no puede ser utilizada por una porción de mujeres: las que son sordas o hipoacúsicas y no hablan el idioma español, el idioma de los oyentes. Lo mismo les pasa cuando quieren hacer una denuncia en una comisaría de género o en un juzgado. No suelen contar con un interpretes para que las asistan, así se aíslan y no pueden salir del circulo de violencia en que están insertas.
A partir de esas experiencias hace casi 3 años se juntaron dos agrupaciones: “Enlaces territoriales para la equidad de género”, que brinda atención a mujeres oyentes en situación de violencia de género, y “Fundasor”, que trabaja con familiares de personas sordas para su integración, y crearon Sordas Sin Violencia. Se trata del primer programa del país de asistencia, acompañamiento y acceso a la información para mujeres sordas e hipoacúsicas víctimas de violencias machistas.
Ester Mancera, una de las fundadoras y quien trabaja además con la asociación Enlaces, dijo a minutouno.com que “del problema de la violencia hacia mujeres sordas es un tema del que no se habla. Hay poca conciencia de las necesidades que pueden tener quienes atraviesan esas circunstancias” y explicó que en el país ni siquiera hay una estimación de la cantidad de personas sordas. El último Censo, en 2010, registró a la población discapacitada, pero sin desglozarse entre personas ciegas, sordas, o con otras discapacidades.
Mancera contó que “las mujeres sordas además de sufrir violencias en su relación de pareja sufren la violencia institucional. No pueden hacer libremente una denuncia por violencia de género y muchas veces no pueden ni atenderse en un hospital, ni recibir información por las barreras de comunicación que existen”.
Mariana Reuter, quien es sorda de nacimiento y mediadora sorda en el programa, contó que “los profesionales de diferentes servicios no cuentan con una formación especializada en violencia de género para mujeres sordas. No hay intérpretes de lengua de señas o mediadores sordos. No hay acceso a la información ni a la justicia. A la hora de hacer la denuncia otra barrera es que el formulario es en español. Las mujeres sordas a veces no saben escribir y leer al 100% porque la lengua de señas no tiene escritura”.
¿CÓMO FUNCIONA EL PROGRAMA?
Sordas sin violencia se dedica a brindar asistencia a mujeres sordas que son víctimas de violencia de género respetando su cultura y que la lengua de señas es su idioma natural. En sus 3 años de vida, ya acompañó a más de 150 víctimas.
A través de una videollamada las mujeres pueden comunicarse con una mediadora sorda, que las contiene, les da información y orienta para hacer una denuncia, en caso de que quieran acceder a la justicia.
”Buscamos que las mujeres que son sordas sepan a dónde dirigirse para hacer las denuncias. Nuestro trabajo es desde el momento que la mujer detecta que está en una situación de violencia hasta que puede alcanzar su propia autonomía”, explicó Reuter.
ACOMPAÑAMIENTO
Desde el primer momento se organiza un equipo interdisciplinario: en el que participan psicólogos, intérpretes y mediadoras sordas, que las acompañan a la Comisaría de la Mujer, a la Oficina de Violencia Doméstica (OVD), al patrocinio jurídico gratuito u otras oficinas del Estado.
Twitear“El rol de la mediadora sorda es fundamental porque puede hacer empatía. El programa hoy es el único lugar accesible para este grupo, en el cual pueden sentirconfianza absoluta de que hay una compañera sorda del otro lado que las va a acompañar, asistir y que en su lengua pueden pedir ayuda”, explicó Mancera.
Mariela León Bani, coordinadora de intervención y responsable Área de formación de intérpretes en abordaje de las violencias, alertó «muchas veces la denuncia la hace un familiar de la mujer. Para los pocos lugares con intérpretes tenés que pedir turnos y lo ideal sería que tengan un lugar especializado a donde ir en cualquier momento”.
León Bani contó que la forma en que trabajan las interpretes del equipo no tiene que ver con “poner la voz por las mujeres sordas” sino con hacer interpretación de lo que ella quiere decir porque es quien denuncia. El programa cuenta también con “grupos de mutua ayuda”.
ATENCIÓN EN SALUD
Además de la atención en violencia y el asesoramiento jurídica, el programa dio un gran paso en la atención en salud para mujeres sordas. Realiza una experiencia piloto en el Hospital Álvarez.
Elisa Morini, especialista en violencia familiar del Hospital y parte de Sordas sin Violencia, relató que se encontraron con casos de mujeres que hace años no podían acceder a ningún control de salud sexual y reproductiva. Algunas nunca se habían hecho un prueba de Papanicolaou por las complicaciones que atrae no manejar el mismo idioma.
La premisa es “trabajar en nosotras adaptarnos a ellas no que ellas tengan que adaptarse a nosotras. Quitar el paradigma de rehabilitar a las sordas para que sean como nosotras sino entender que tenemos que poder incluir a una parte de la población que la estamos dejando fuera”, explicó Morini.