Un reciente estudio internacional desafía la idea de que los perros pueden detectar si una persona es buena o mala. A pesar de su cercanía con los humanos, los resultados sorprendieron a científicos y amantes de los animales por igual.
¿Tienen un “sexto sentido”? Un nuevo estudio pone en duda una creencia popular sobre los perros
Durante décadas, se ha repetido la idea de que los perros pueden detectar la verdadera naturaleza de las personas. Se dice que tienen un “sexto sentido” para saber si alguien es confiable o no. Sin embargo, una investigación realizada en conjunto por la Universidad de Kioto y el Clever Dog Lab de Viena acaba de revelar algo inesperado: no hay evidencia científica que respalde esa creencia.
El estudio, publicado en la revista Animal Cognition, evaluó el comportamiento de 40 perros domésticos frente a personas que actuaban de manera generosa o egoísta. En distintos escenarios, algunos humanos compartían comida con los animales, mientras que otros la retenían. Para evitar errores, se utilizaron métodos estrictos: los roles se asignaron al azar, se usaron colores para diferenciarlos y todo fue registrado en video.
¿Qué ocurrió? Los perros no mostraron una preferencia clara. No eligieron más veces a la persona generosa, ni parecieron evitar al individuo egoísta. Incluso cuando solo observaban cómo otro perro era tratado, su comportamiento no se desvió del azar. Es decir, actuaban sin un patrón que indicara una evaluación social previa.
Esto sugiere que, al menos en un entorno controlado, los perros no juzgan el carácter humano. “La formación de la reputación es más compleja de lo que pensábamos”, explicó Hoi-Lam Jim, líder del proyecto. Tanto los cachorros como los perros adultos y senior se comportaron igual, sin importar su edad o experiencia.
Este hallazgo desafía uno de los mitos más arraigados sobre la intuición canina. A lo largo de los años, muchos creyeron que los perros “sienten” si una persona es mala. Pero la ciencia actual aún no puede comprobarlo. Estudios previos en otras especies también arrojaron resultados inconsistentes: los gatos parecen indiferentes, los caballos reaccionan mejor al contacto directo, y los chimpancés y lobos no ofrecen respuestas concluyentes.
¿Por qué los perros no respondieron como se esperaba? Una de las teorías es que, al estar acostumbrados a recibir premios constantemente, los perros domésticos podrían no sentirse incentivados a distinguir entre humanos generosos o no. Además, la presencia constante de comida en la prueba pudo haber captado toda su atención.
Esto no significa que los perros no sean inteligentes o que no puedan evaluar a las personas en otros contextos. El equipo investigador propone avanzar hacia nuevas pruebas con perros callejeros, de trabajo o de servicio, para observar si el ambiente cambia los resultados.
En conclusión, aunque muchos juran que sus mascotas “detectan malas vibras”, los estudios más recientes no encuentran pruebas sólidas de que los perros formen reputaciones sobre los humanos. Tal vez, como en tantas cosas, la ciencia necesite seguir explorando antes de confirmar o desmentir por completo ese famoso “instinto infalible”.