Los cuerpos de cinco tripulantes bolivianos fueron despedidos temprano con marchas fúnebres por la Fuerza Aérea colombiana en la base militar de Rionegro, cerca de Medellín. Nuevas aeronaves trasladan a más de medio centenar de brasileños, muchos de ellos futbolistas y técnicos del club Chapecoense. En una caravana de decenas de coches, los restos de las víctimas avanzaban hacia la pista donde llegaron dos aviones enviados por el gobierno brasileño.
Los familiares esperan en Brasil la llegada de sus seres queridos, identificados desde el jueves y cubiertos por sábanas blancas con el escudo del club Chapecoense.
Desde el humilde pueblo de Chapecó, el padre de uno de los jugadores criticó: «El lucro trae codicia. Por 30 kilómetros este avión puso fin a (la vida de) 71 personas».
A medida que la hipótesis de la falta de combustible se consolida como la principal causa del accidente, las miradas empezaron a centrarse en Bolivia, sede de la aerolínea y origen del vuelo.
Cruces por las irregularidades del vuelo
El avión salió del aeropuerto Viru Viru de Santa Cruz con el combustible exacto para alcanzar su destino, Rionegro, en Colombia. Lo confirmó Marcelo Chávez, el ahora suspendido director regional de la agencia que controla el tráfico aéreo en Bolivia. Chávez agregó que la compañía decidió continuar el vuelo pese a esa previsión.
La aeronave, que volaba en el límite de su autonomía, se desplomó unos cinco minutos antes de alcanzar su punto de destino. Hubo 71 muertos y seis sobrevivientes.
Mientras las investigaciones avanzan, la Dirección General de Aeronáutica Civil boliviana suspendió por tiempo indefinido los permisos de vuelo de LaMia después de que la grabación de la conversación entre el piloto del avión accidentado y los controladores aéreos, además del testimonio de una azafata que sobrevivió, indicaran que el aparato se quedó sin combustible.
El ministro de Obras Púbicas y Transportes de Bolivia, Milton Claro, dijo a la colombiana Blu Radio que la aerolínea incumplió la normativa de su país al no haber contemplado imprevistos.
El rescate de un sobreviviente
En un video difundido por la Policía Nacional se observa cómo los rescatistas atendían al auxiliar de vuelo Erwin Tumiri tras el accidente del lunes por la noche. Desorientado y triste, el boliviano expresó que le dolían los brazos y la columna y preguntaba por su tripulación mientras el funcionario que lo atendió pedía ayuda y lo calmaba. Según informó la clínica Somer, donde recibió atención médica, Tumiri será el primer herido en recibir el alta para volver a su país.
Los desesperados pedido de ayuda
Una grabación de los últimos minutos del vuelo mostró cómo el piloto pidió insistentemente permiso para aterrizar por «problemas de combustible» sin lanzar un aviso oficial de socorro. La torre de control le explicó que otro avión, desviado por problemas mecánicos, estaba acercándose a la pista y tenía prioridad. Las cajas negras, que contienen las conversaciones de la cabina y los datos del vuelo, se encuentran en Gran Bretaña para su estudio.
LaMia, una empresa de vuelos chárter, estaba especializada en transportar selecciones de fútbol, incluidas la de Brasil y Argentina y otros clubes de alto nivel, a través del continente.
